Corría 1993, un año antes de la Copa del Mundo que se celebraría en Estados Unidos, y el futbol mexicano se concentraba en una posible clasificación a la justa, luego de no ir a Italia 1990.
Los dirigentes de aquella época querían darle mayor competitividad a la Selección Mexicana, hacerla crecer y foguearla con los mejores equipos.
Fueron Francisco Ibarra y Emilio Maurer, dirigentes de aquella época, los que lograron una negociación con Conmebol para que el Tricolor fuera invitado a participar en la Copa América de 1993, que se disputaría en Ecuador.
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Con la invitación en la mano, la Selección Mexicana viajó a tierras sudamericanas para jugar en ese certamen, en el que fue colocada en el sector C, junto a Colombia, Argentina y Bolivia.
Jugadores como Jorge Campos, Claudio Suárez, Juan de Dios Ramírez Perales, Ignacio Ambriz, Alberto García Aspe, Ramón Ramírez, Luis Roberto Alves "Zague" y Hugo Sánchez, entre otros, dirigidos por Miguel Mejía Barón, fueron la base para este torneo.
El debut del Tricolor se dio el 16 de junio de 1993, en el estadio de Machala. El primer escalón fue Colombia. El resultado no favoreció a los verdes y cayeron por 2-1, con el polémico "gol fantasma" que no rebasó la línea y fue dado como bueno para los cafetaleros.
El único tanto, y el primero en la historia para México en Copa América, fue marcado por "Zague".
El segundo sinodal para los dirigidos por Mejía Barón era nada más y nada menos que Argentina, subcampeón del Mundo en Italia 1990 y que tenía jugadores como Néstor Gorosito, Oscar Ruggeri, Leo Rodríguez, Diego Simeone y Gabriel Batistuta, entre otros.
El marcador fue un sorprendente empate a un gol. David Patiño había adelantado a los verdes al 14' y Ruggeri igualó los cartones al 28'.
El tercer partido el Tri logró otra igualada sin goles ante Bolivia, con lo que avanzó a la siguiente ronda, donde enfrentó a Perú.
En el duelo ante los incas, México demostró superioridad y buen futbol, goleando a los peruanos 4-2, con un golazo de tijera de Luis Roberto Alves "Zague".
Para la ronda de semifinales, el rival fue el anfitrión Ecuador, y el Tricolor -contra todo pronóstico- sacó el resultado de 2-0, con goles de Hugo Sánchez y Ramón Ramírez.
En la final, una vez más, se vieron las caras frente a los albicelestes, dando un partido parejo.
Benjamín Galindo marcó vía penalti, para igualar el tanto marcado por Gabriel Batistuta.
Al minuto 74, otra vez apareció Batistuta y dejó los cartones 2-1. Así, los sudamericanos levantaron el trofeo, pero México dio una de sus mejores actuaciones, siendo una sorpresa muy agradable a los ojos sudamericanos y el mundo.