Hace tres años la pelota, “la que no se mancha”, lloró porque uno de los seres humanos que mejor la trataba se fue… porque Diego Armando Maradona murió.
A tres años del adiós del Diego, Fernando Signorini, su preparador físico personal por muchos años, asegura que Argentina, su país, lo recordará con nostalgia y que Diego si estuviera vivo seguiría protestando por cómo está viviendo su gente.
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“Nos acostumbramos a la idea de que era inmortal”, dice Signorini, “pero seguro que en su aniversario luctuoso mucha gente lo recordará con cariño, sobre todo las clases desprotegidas, por las que él siempre jugó”.
En el mundo, Maradona fue y es un fenómeno social, que “saltó a la historia para situarse como un símbolo”.
En Nápoles, donde vivió sus años de mayor gloria, “cuando fue suspendido en 1991 [por dopaje], se reunieron intelectuales y se llegó a la conclusión de que se le recordará como un símbolo, no como un ejemplo, él no sería ejemplo de nadie, él mismo lo dijo y nunca lo quiso, pero era aquel que a pesar de estar en una posición cómoda, se comprometía con las causas justas y protestaba contra el poder… Produjo en Italia el fenómeno de conquista futbolística, puso en el mapa al Nápoli; por primera vez el sur despreciado estaba por arriba del norte opulento. Diego produjo una revolución social”.
Hoy, por lo que se vive en Argentina, ¿Maradona seguiría protestando? “Estaría enfurecido, lanzando improperios para todos los que han contribuido a que el país esté viviendo momentos de incertidumbre”.
Es verdad que “va a pasar mucho tiempo para volver a ver a un jugador o a un personaje de esas características y que siempre abogó por la gente”.
—¿Diego era el mejor del mundo?
—En su momento lo fue, como hoy lo es Messi, antes Cruyff, Pelé: pero decir que fue el mejor de la historia sería irrespetuoso.
