Didier Goirand cumplió sus sueños, hoy es piloto de y logró convertirse en el primer mexicano en competir en el Mundial Hard Enduro con su veloz y potente moto, pero para conseguirlo tuvo que hacer sacrificios, demostrar su talento en campeonatos locales y hasta vivir un accidente que lo motivo a escalar a otro nivel.

"Mi papá me dio una moto a los cinco años, me dijo cómo acelerar pero no cómo frenar y fui a estrellarme con un árbol", contó a EL UNIVERSAL Deportes, con una sonrisa, pues reconoce que todo eso originó querer una revancha, misma que hoy disfruta desde la profesionalidad.

"Después del accidente mi papá me quitó la moto, me dio una bici y fue hasta los ocho años cuando tuve otra, empecé a competir y desde entonces hasta ahora no he parado; la bici fue fundamental por el control y condición que te da", mencionó en la charla.

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Asegura, su llegada a Red Bull fue por talento, pero también "por estar en el momento adecuado". "Es un logro importante estar con la marca, con ellos es rendir siempre, empujar los límites, sin ellos estoy seguro no sería así de profesional".

Con siete campeonatos nacionales, dos latinos y puntos sumados en su debut en el Mundial, Didier afirma que ha valido cada sacrificio que ha hecho desde pequeño: "Es dejar a los amigos, a la familia, a tu país y enfocarte en competir; la moto es muy técnica, te exige en lo físico y en lo mental, pero vale la pena el esfuerzo".

Además, hace algunos meses cumplió un reto que le dio la vuelta al mundo y ese fue subir al volcán Paricutín, en Michoacán, para así ser el primer en escalarlo en moto, que a la postre: "lleva al mundo una parte de lo que es México".

Porque su objetivo es triunfar en el motociclismo y cumplir sus más grandes sueños.

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