No fue casualidad. No fue suerte. El lo buscó y lo mereció, derrotó al líder, le quitó con toda justicia el invicto a Cruz Azul (1-3).

El peor juego de los cementeros en el torneo. Falta de concentración, falta de contundencia y de disciplina, todo se conjugó para que perdieran su primer partido en el Apertura 2024 y pusieran el liderato en peligro.

El Atlético de San Luis al mando de Domenec Torrent, fiel creyente del “guardiolismo”, le jugó al error a La Máquina que cayó en la trampa, de la cual no se pudo recuperar, afectado en gran forma por la expulsión de Gonzalo Piovi, que descompuso lo planeado por Martín Anselmi.

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San Luis lo avisó desde el inicio del juego, aunque no era suyo el balón, aunque no era suyo el dominio, las jugadas de peligro sí eran de su propiedad. Y Cruz Azul, con su mismo modelo de jugar al límite, parecía confiado de que no le pasaría nada, y menos cuando Ignacio Rivero, muy a la garra charrúa, abrió el marcador (32’).

Pero la celebración duró más que la ventaja, enseguida vino la reacción local. Tiro de esquina, remate con la cabeza al poste y en el rebote Frank Boli igualó (35’).

Cruz Azul retomó la inercia, pensar hacia al frente y descuidar atrás. Piovi se equivocó en la salida, abrió el espacio donde vino el centro para otro remate con la cabeza, para otro balón al poste y para otro rebote que dio gol sanluisino, esta vez de Javier Güemez (45’+1).

En la segunda parte es cuando Cruz Azul acaba con el rival, pero esta vez fue al revés. Piovi firmó su pésimo juego y se fue expulsado (74’), los cementeros no se pudieron acomodar y se expusieron a la palada final, la cual llegó en un autogol de Erik Lira (90’+8).

Golpe a la soberbia cementera, y el Atlético de San Luis demostró que el equipo cementero, no es invencible.

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