La más reciente ocasión que el Guadalajara perdió cuatro juegos consecutivos, los cubrebocas eran vistos como un accesorio de uso exclusivo por personal médico, el término “Covid-19” no existía en el léxico popular y el home office era privilegio de unos cuantos.
El mundo era distinto, pero lo que no ha cambiado es la enorme presión que carga el entrenador de un club denominado “grande” que es derrotado en cuatro duelos al hilo.
Esta noche, el serbio Veljko Paunovic podría experimentarlo si las Chivas sucumben con el Pachuca en el estadio Akron.
Después de perder la final del Clausura 2023 frente a los Tigres y arrancar el Apertura con tres victorias en fila, las Chivas han perdido color... Y el puesto de su entrenador podría estar en riesgo, por más que el director deportivo —Fernando Hierro— asegure que nada truncará el actual proyecto.
Las caídas ante el Santos Laguna (1-2), el Monterrey (1-2) y el América (0-4), han cimbrado a un grupo que parecía ir en el rumbo correcto. De pelear por el liderato, el Rebaño Sagrado podría pasar a sufrir por obtener uno de los seis boletos directos a cuartos de final, misión que se complicará si no vence a un adversario plagado de jóvenes, pero en ascenso.
Los Tuzos han ganado dos de sus más recientes cuatro partidos y ya no parecen ese conjunto a modo para cualquiera.
El Guadalajara viene de ser goleado en el Clásico Nacional y con dudas sobre el estado físico y futbolístico de pilares como Alexis Vega y Víctor Guzmán.
La más reciente ocasión que perdió cuatro duelos al hilo (Clausura 2019), el mundo era otro, pero la presión es la misma... Y Pauno podría descubrirlo.