Las Chivas reciben a los Pumas, un clásico en plena Liguilla.
Chocan dos filosofías; una, la tapatía, en la que por tradición se tiene que jugar sólo con mexicanos, y la otra, la universitaria, cuya base son las fuerzas básicas. O por lo menos eso se supone.
Mas la realidad es que en la comparación de los planteles, el Guadalajara —con todo y sus problemas a lo largo del torneo—, es el que ha sustentado a su equipo en su cantera, mientras que Pumas parece vivir del mito creado años atrás.
Al explorar los planteles, es Chivas el que tiene más jugadores surgidos de sus fuerzas básicas: 13 de los 26 jugadores que aparecen como parte del plantel en el sitio oficial de la Liga MX: Miguel Jiménez, José Rangel, Gilberto Sepúlveda, Jesús Orozco Chiquete, Jesús Sánchez, Manuel Mayorga, Víctor Guzmán, Pavel Pérez, Fernando Beltrán, Carlos Cisneros, Alan Torres, Zaid Muñoz y José Juan Macías.
Y los Pumas apenas tienen cinco futbolistas nacidos en su cuna, de los 22 que se encuentran en la página: Pablo Bennevendo, José Galindo, Pablo Monroy, Carlos Gutiérrez y Santiago Trigos.
Así que si es por amor a la camiseta, parece que el Rebaño es el que lleva la ventaja, aunque eso debe reflejarse en el terreno de juego.
La memoria futbolística es corta en lo que se refiere a los enfrentamientos entre Chivas y Pumas.
Apenas el pasado 11 de noviembre se vieron las caras en el estadio Olímpico, y si no fuera por Alexis Vega, el Guadalajara hubiera terminado arriba de los universitarios en la tabla de competencia. La victoria 1-0 de los felinos, con gol de Gabriel Fernández, dejó la herida fresca, así que la revancha llega en buen momento.
A los grandes se les exige llegar como mínimo a la Liguilla, y su obligación final es buscar el título. Pumas tiene 12 años sin levantar la Copa, Chivas tiene seis sin celebrar en la Liga, así que la demanda crece. Más allá de todo lo que vivieron en el torneo, eso queda atrás, ganar es lo único que se espera de ellos.