Checo Pérez largó desde el puesto 16 este domingo en el Gran Premio de Hungría y finalizó la carrera en el séptimo puesto, con puntos y con una importante recuperación, luego de los caóticos fines de semana que había vivido hasta antes de visitar el Hungaroring.
Al respecto, el mexicano aceptó que el inicio de la competencia fue complicado al tener en el RB20 gomas duras:
"No hubo nada de Safety Car, prácticamente el primer stint fue muy complicado en el neumático duro, no podíamos pasar, íbamos deslizando, iba pegado a (George) Russell, deslizando en la parte media de la parrilla y pudimos al final remontar y llegar a lo máximo que podíamos llegar hoy, prácticamente peleando con Russell, que nos pasó en la primera vuelta", dijo en el corralito el de Guadalajara.
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El nacido en Jalisco apuntó que lo rescatable del fin de semana es el buen ritmo que encontró en la carrera de este día: "Creo que tuvimos un buen ritmo, hemos tenido un buen viernes y hay que rescatar eso; estoy seguro de que nuestro tiempo llegará, porque estamos teniendo un muy buen ritmo".
Sobre los ajustes que deberán hacer para encontrar una mejor versión de su monoplaza, el 11 de la parrilla añadió:
"Creo que el coche no quedó del todo al 100%, hay algunas cosas que tenemos que analizar, ya cuando hacía las vueltas de reconocimiento había algunas diferencias, pero serán pequeños detalles que tendremos que ajustar para Bélgica".
Luego de la carrera, Christian Horner, jefe de la escudería Red bull, le habló a Checo Pérez en la radio y le dijo lo siguiente: "Bien hecho, Checo, fue una conducción decente hoy. Buena recuperación".