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El Inter selló el pase a semifinales de la Liga de Campeones tras empatar 3-3 con el Benfica, haciendo bueno el triunfo por 2-0 logrado en Lisboa, y se jugará el boleto para la final contra su gran rival, el Milan.
Tras el resultado de la ida, todo parecía decidido cuando Nicolo Barella abrió el marcador en el minuto 14, aprovechando la primera ocasión de gol clara del partido.
El Benfica no se rindió y llevó el peso del partido, llegando incluso a empatar con un cabezazo del noruego Fredrik Aursnes antes del descanso (37), pero los portugueses nunca parecieron creer en la remontada, menos aún cuando Lautaro Martínez remató en boca de gol un centro de Federico Dimarco (66) para 'matar' definitivamente la eliminatoria.
Otro argentino, Joaquín Correa, puso el broche de oro a la fiesta interista en el Giuseppe Meazza, con un golazo nada más saltar al terreno de juego (78), aunque el Benfica no bajó los brazos y salvó el honor forzando el empate final, con los goles tardíos de Antonio Silva (86) y del croata Petar Musa (90+5).
Este pase a semifinales dará algo de oxígeno a un Inter que está naufragando en la Serie A, donde ha perdido cinco de sus últimos siete partidos disputados, con solo cuatro puntos sumados de 21 posibles, y a falta 8 jornadas para el final del campeonato está fuera de las posiciones de clasificación para la próxima Champions.
Y puede suponer también la última tabla de salvación para su entrenador, Simone Inzaghi, muy cuestionado por los malos resultados de la temporada... al menos hasta que se mida dentro de tres semanas al Milan, que logró el pase a semifinales el martes con el empate 1-1 logrado en Nápoles.
Italia se asegura de esta manera volver a una final de la Liga de Campeones, algo que no sucede desde que la Juventus perdiese 4-1 contra el Real Madrid (2017), pero no será la primera vez que los dos vecinos de la capital lombarda se crucen en la máxima competición continental de clubes.
Ya se midieron en semifinales de la temporada 2002-2003 y resultó vencedor el Milan por el mayor valor de los goles en campo contrario (0-0; 1-1), y el equipo 'Rossonero' ganó la sexta de sus siete 'Orejonas' en la final contra otro equipo italiano, la Juventus, en los penales.
Volvieron a cruzarse tres temporadas después (2004-2005), esta vez en cuartos de final, aunque el resultado fue el mismo: clasificación para el Milan que ganó los dos partidos (2-0 y 3-0), aunque en aquella ocasión el Barcelona apeó a los milanistas de la final.
El Benfica, por su parte, confirma que se le está haciendo larga una temporada que era perfecta hasta hace dos semanas, cuando parecía tener en el bolsillo la liga portuguesa, al contar con 10 puntos de ventaja sobre el Oporto, y que en Europa había deslumbrado en la primera fase, siendo primero de un grupo con París SG y Juventus, y arrollar al Brujas en octavos (7-1 en el global).
Pero en apenas quince días lo ha dilapidado todo tras sumar dos derrotas consecutivas en el campeonato luso, viendo reducida su ventaja respecto al Oporto a solo cuatro puntos, y quedar ahora fuera de Europa.
El equipo dirigido por Roger Schmidt se queda, además, sin la posibilidad de vengar al equipo que perdió la final europea de 1989-1990 contra el Milan de Arrigo Sachi por 1-0 con un solitario tanto del neerlandés Frank Rijkaard.
Aquella fue la última aparición del Benfica entre los cuatro mejores equipos del continente. Más de 30 años para el doble campeón de Europa (1961 y 1962) y otra eliminación para agigantar la maldición de Béla Guttmann, aquel entrenador húngaro que tras crear el equipo que ganó las dos 'Orejonas', abandonó el club al no sentirse valorado por la directiva lisboeta, no sin antes declarar: "Les maldigo. El Benfica no volverá a ganar la Copa de Europa en 100 años".
Ya queda menos para que se acabe el hechizo.
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