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El próximo sábado, Floyd Mayweather Jr. subirá al cuadrilátero sin analizar un sólo round de Conor McGregor, quien debuta como boxeador profesional. Pero no será el único terreno desconocido para el estadounidense. Por primera ocasión en 10 años, peleará fuera de la MGM Grand Arena.
La casa que Mayweather construyó quedará en silencio el 26 de agosto. A menos de un kilómetro de distancia, la T-Mobile Arena recibirá a Floyd y a un monstruo que podría jugar en contra del campeón en cinco divisiones de boxeo: La multitud.
A pesar de que Las Vegas es la ciudad adoptiva de Mayweather, se espera que al menos 12 mil británicos ingresen al inmueble para apoyar a McGregor.
Mayweather nunca se ha presentando en un inmueble cerrado con la capacidad de la T-Mobile. Sus últimos 12 combates los realizó dentro del hotel MGM.
Si el público en contra suya y la capacidad de la T-Mobile no preocupan a Mayweather, existe una situación que a dos días de la función puede tener al estadounidense pensando estrategias como promotor.
Y es que contrario a lo que sucedió con Manny Pacquiao en 2013, aún existe en el mercado poco más de 7 mil localidades disponibles. A pesar del alboroto que rodea al singular cruce entre el invicto en cinco divisiones de boxeo, Mayweather, y el peleador de UFC, McGregor, muchos asientos podrían quedar vacíos en la función que espera 5 millones de dólares de venta en Pago Por Evento (PPV).
El precio de los boletos ha sido el principal inconveniente para que la función no esté agotada. Los más económicos valen 500 dólares, mientras que las primeras filas rebasan los 100 mil dólares.