Hablar del arbitraje es un tema poco recurrente para André Jardine en sus conferencias de prensa, pero en esta ocasión sí lo hizo. El trabajo de Fernando Guerrero y su cuerpo arbitral no dejó conforme al técnico del América.
La dura entrada de Piero Quispe sobre Igor Lichnovsky que fue revisada en el VAR y que quedó en tarjeta amarilla, detonó toda la molestia de Jardine tras el Clásico Capitalino frente a los Pumas.
“No me gusta hablar de arbitraje, me gusta analizar el partido, pero es un tema que influye en el marcador, en la forma en la que el juego transcurre, dejamos claro que somos un equipo que va a jugar siempre en la pelota, que busca competir con los rivales de forma leal, no vas a ver nuestro equipo hacer leales desleales, no concordamos con eso", comenzó Jardine.
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El brasileño pidió más atención en este tipo de partidos, donde la intensidad es mayor y los jugadores podrían perder la cabeza por jugadas como la que sucedió con el central chileno Igor Lichnovsky.
"En partidos como Clásicos, el árbitro debe tener un pulso muy firme, los jugadores se calientan y sienten injusticias, las ven y se hacen más agresivos, pasa un poco por no controlar los nervios por decisiones arbitrales, creo que no había pasado, la roja es indudable, hubiéramos controlado todo”, concluyó sobre el tema arbitral.
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André Jardine justifica calentura de sus jugadores
Algunos jugadores como Julián Quiñones o Diego Valdés mostraron su molestia al salir de cambio y otros como Henry Martín explotaron con la expulsión de Brian Rodríguez.
Sin embargo, Jardine atribuyó esta situación a la calentura del partido, pero negó que haya problemas internos al interior del vestidor. Puso punto final a la polémica.
“Estamos aún calientes, los jugadores nunca quieren salir, quieren ganar siempre en este tipo de partidos, mañana vamos a estar más fríos. El respeto en el vestidor es máximo, como de nuestra parte, estábamos calientes. Es un buen momento para reflexionar y llegar fuerte a la recta final”, aseveró.