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Los Tigres vinieron al Estadio Azteca, al menos en el primer tiempo, a cuidar su arco y proponer poco en la Gran Final contra el América.
Pocos son los lapsos en los que ataca en bloque y cruzan al campo de las Águilas. Por ahora cuidan su portería y tratan de desquiciar al rival.
Y para eso tienen a un especialista: Nahuel Guzmán, que comenzó su show desde su portería con ademanes hacia la tribuna, comiéndose el tiempo y con atajadas.
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El arquero argentino salvó a su equipo con una soberbia atajada, tras una bolea de Diego Valdés. Guzmán se inclinó ligeramente hacia la derecha y rechazó el esférico para ahogar el grito de gol en el Coloso de Santa Úrsula.
Al levantarse señaló a la tribuna americanista y les hizo una seña afirmando que ahí estaba él. El show siguió cuando se comió el tiempo lo más que pudo y aplaudía ante los abucheos.
Los dirigidos por Robert Dante Siboldi han sido precavidos, pero también han hecho su parte al poner en aprietos a Luis Ángel Malagón, que ya apareció también con una soberbia atajada.
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