Sí, el pádel es un deporte que nació en México. Un hogar —en la ciudad costera de Acapulco— vio cómo el juego traspasó las fronteras de Guerrero. Aun así, todavía falta un “granito de arena” para que la afición nacional tenga un mayor acercamiento con el deporte: la presencia de un ídolo mexicano. Así como la Fórmula 1 tiene a Sergio “Checo” Pérez.
En palabras del presidente de la Federación Mexicana de Pádel, Jorge Mañe, esto sería un parteaguas decisivo para que el deporte que, hoy en día, se juega en canchas protegidas con paredes de cristal, dé un gran salto hacia adelante.
“Va a ser un aliciente que más mexicanos estén y que, muy pronto, surja una figura. Para muestra lo que pasó en la Fórmula 1 con la llegada de ‘Checo’. Aunque, en un principio, no ganaba carreras […] fue creando más y más afición”, explicó el directivo.
Si bien la ausencia de un ídolo mexicano se “resiente”, México no tiene nada que “envidiarle” al resto de los países, donde se celebran las “pruebas reinas” de pádel: Qatar, Italia y París.
“Estamos a la altura de los otros tres Majors. No tenemos nada que desmerecernos”, apuntó Mañe.
Y es que, desde el pasado 23 de noviembre, Acapulco se convirtió en el hogar del último Major de Pádel de la temporada; el “hijo pródigo” regresó a su hogar.
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Y este domingo, se disputarán las finales en la búsqueda de puntos para el ranking final, de cara a las “Premier Padel Finals” que se celebrarán en Qatar.
Sin embargo, no habrá presencia de deportistas mexicanos, ya que cayeron en las rondas anteriores.
Así se jugarán las finales del México Major Premier Pádel
Bajo la noche de la Arena GNP, los dos primeros lugares del ranking de la Federación Internacional de Pádel —Arturo Coello y Agustín Tapia— le harán frente, como pareja, a Miguel Yanguas y Franco Stupaczuk.
En la rama femenil, Sofía Araujo y Marta Ortega enfrentarán un reto difícil, ya que se disputarán el duelo definitivo contra Ari Sánchez y Paula Josemaría, las dos líderes en el ranking internacional.
“Nos sentimos como en casa. No es fácil estar un año y medio prácticamente fuera. Y venir aquí, que la gente sea tan amable. Que, cuando vayamos a jugar, nos apoyen tanto. […] Estamos encantados”, platicó Yanguas.