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La temporada 2023 arrancó como un sueño para los San Francisco 49ers. Victorias holgadas, premios individuales, un récord perfecto… todo era felicidad en el campamento dorado y rojo.
Y entonces llegó la semana 6. Los Niners viajaron a Cleveland y perdieron el invicto contra una defensiva que realmente los hizo sufrir. Pero esta derrota llegó en buen momento, por extraño que parezca decirlo.
Las derrotas son parte del deporte, y en una liga tan competitiva como la NFL es iluso aspirar a tener una temporada perfecta. El “jalón de orejas” llega en buen momento porque queda mucha temporada con muchas pruebas difíciles por delante. Están a tiempo de corregir y volver a enfocarse.
Y es que no todo fue negativo en el partido contra los Browns.
A pesar de que Brock Purdy tuvo el juego más flojo en lo que va de su carrera, se convirtió en el segundo mariscal en la historia de los 49ers con más pases consecutivos sin intercepción con 248, Christian McCaffrey llegó a 15 partidos al hilo anotando al menos un touchdown, alcanzando la segunda racha más larga de la liga junto a OJ Simpson y John Riggins, y la defensiva consiguió dos intercepciones, llegando a 10 en la temporada para ahora liderar la liga en ese departamento.
Pero lo más importante es que a pesar de todos los errores y el buen juego de los Browns, los 49ers todavía tuvieron oportunidad de ganar el encuentro.
En realidad, la única preocupación del equipo luego de la derrota en Cleveland debe ser la pronta recuperación de Trent Williams, Deebo Samuel y Christian McCaffrey. La decisión de mantener a Deebo y CMC fuera del partido por precaución fue la correcta, y gracias a eso los tres jugadores tienen probabilidades de aparecer en el Monday Night Football frente a Minnesota.
Así que no hay por qué encender las alarmas.
Los 49ers siguen siendo el mejor equipo de la NFC y probablemente de la NFL, y este lunes por la noche tienen una nueva oportunidad de demostrarlo, porque para San Francisco lo importante es ganar el maratón que termina en febrero.