Cuando hablamos de moda vienen imágenes lujosas a nuestro cerebro. Una bolsa Cartier, esos hermosos tacones Luis Vuitton y unos lentes de sol Dolce & Gabbana.
Muy pocas veces nos detenemos a pensar en los bosques deforestados, el abuso del suelo para sembrar algodón transgénico y los miles de litros de agua que se utilizan en cada prenda.
Se calcula que para producir solo una playera se requieren 2,700 litros de agua fresca, esto equivale a las necesidades de agua para beber de una persona durante 2 años y medio. Si lo llevamos a una escala más grande, el sector textil es responsable de aproximadamente el 20% de la contaminación del agua en todo el mundo.
Ya entrando en materia del teñido, son 200,000 toneladas de tintes las que acaban en aguas residuales cada año y países como Bangladesh arrojan 22,000 litros de residuos tóxicos a los ríos por día.
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Si bien es cierto que no podemos revertir años de un mal proceso, es una realidad que incluyendo nuevas fibras o tintes de origen natural, seremos más responsables con nuestro entorno. Recuerda, mientras más atemporal sea tu clóset, más consciente es.
Ahora, ¿cómo se come y se digiere eso de los tintes o fibras naturales ? La verdad es que este método de teñir textiles no es nuevo, son las mismas técnicas milenarias de las comunidades étnicas que habitaban América hace miles de años.
Los tintes naturales son aquellos que podemos extraer de plantas, como la yerba mate, la palta, cáscara de cebolla o el betabel y pueden aplicarse perfectamente en telas naturales como el algodón (orgánico, no transgénico), el lino o la lana pues en textiles sintéticos no tienen efecto.
Los teñidos naturales te ayudan, ya que no resultan nocivos para tu piel, hacen que las prendas sean biodegradables, y puedan regresar a la tierra como abono fértil, sin dejar residuos nocivos con el medioambiente .
Otra de sus ventajas es que estos materiales son imposibles de llevar a una reproducción masiva, lo que da como resultado un proceso con menos residuos o largas y esclavizantes jornadas laborales.
- Opta por fibras naturales como las ya mencionadas. Afortunadamente México tiene un catálogo variado de marcas sustentables que trabajan con textiles naturales o con Econyl, un hilo de nylon 100% regenerado de esas redes y otros plásticos industriales.
- Que los tintes naturales y vegetales sean siempre tu primera opción.
- Lee las etiquetas de tus prendas y asegúrate que estén certificadas por organizaciones que controlen la presencia de sustancias químicas como OEKO-TEX®, GOTS, o BLUESIGN®
- Compra menos, recicla más y escoge mejor las prendas que llevas a tu armario. El 5.2% de los residuos de un vertedero son textiles.
- Extiende el uso de tu ropa entre dos y tres puestas antes de lavarlas, de esta manera ahorras energía, alargas la vitalidad de tu prenda y contaminas menos el agua.
Recuerda que, el cambio comienza por ti. No importa lo que están haciendo los demás por el planeta, importa qué tanto puedes tú contribuir a su preservación.
En un mundo consumista, el rebelde es quien se reinventa.