La historia de los jeans se remonta al siglo XIX, en plena fiebre del oro, cuando el alemán Levi Strauss confeccionó una prenda tan resistente que soportaba el rudo trabajo de aquella época. En asociación con Jacob Davis, agregó los remaches de cobre en los puntos de especial tensión, como los extremos de los bolsillos.
El 20 de mayo de 1873 recibieron la patente y, algún tiempo después, los genoveses se encargaron de teñir la tela en azul índigo con un pigmento procedente de la India. Durante la Segunda Guerra Mundial fueron parte de las provisiones que recibían las tropas y, años más tarde, en los cincuenta, los jóvenes comenzaron a popularizarlos.
Hoy en día, gracias a su versatilidad, son un básico de cualquier guardarropa porque, según los complementos, pueden ser usados tanto en un look casual, como en uno formal. Además, los puedes encontrar en diferentes cortes, como skinny , bootcut , flared , straight leg , boyfriend y cigarette , entre otros, por lo que son perfectos para todos los tipos de cuerpo. ¿Cuál es el que a ti te conviene? Aquí te lo decimos.
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También conocidos como pitillos. Son jeans muy ajustados que, generalmente, se fabrican con tela stretch, para que se amolden a la forma de las piernas, logrando un efecto de segunda piel.
Si eres delgada, te hará lucir más estilizada; si eres curvy, marcará tu silueta. Si eres bajita, también te conviene usarlos, porque harán que tus piernas se vean más largas.
En cambio, si no te gusta tu derièrre o crees que tus piernas son muy anchas, deberías evitarlos, porque los enfatizarán más.
Son ajustados en los muslos y a partir de las rodillas se hacen más anchos. Como su nombre lo dice, se trata de un corte diseñado para cubrir las botas. Comenzaron a usarse en rodeos y, posteriormente, se popularizó este estilo.
Ahora, no solo se usan con botas, sino que pueden combinarse con sneakers, tacones y todo tipo de calzado.
Son perfectos para cualquier tipo de cuerpo, especialmente para los curvy, porque marca el derière, pero disimula unas pantorrillas anchas.
Se parecen un poco a los bootcut , pero son mucho más anchos en la parte baja, para un efecto acampanado.
Fueron muy populares en los setenta, pero hace algunos años regresaron con mucha fuerza, porque son perfectos para looks frescos y casuales.
Aunque le van bien a casi todo tipo de siluetas, las mujeres bajitas deberían evitarlos, porque la campana en la parte baja acortará su figura, haciendo que se vean aún más pequeñas. Tampoco es una buena opción para las mujeres curvy, porque les aportará más volumen.
Para definirlos de la manera más sencilla, diremos que son los jeans rectos. Aunque van pegados en los muslos, no se pegan a las pantorrillas, sino que es recto de la rodilla hacia abajo, por lo que hace que la pierna sea vea más larga.
Son los jeans clásicos. Por ello, son perfectos todas, tanto para las chicas con curvas y como para quienes no las tienen. Para las altas y la bajitas.
Son jeans muy amplios, de corte masculino, relajado y cómodo, como si lo hubieras tomado prestados del guardarropa de tu novio.
Llegan hasta la cintura y envuelven perfectamente la cadera. Tienen mucha holgura en muslos y pantorrillas.
Por estas características, no deberían usarlas las mujeres curvy, porque se verán más anchas; ni las bajitas, porque se verán más pequeñas.
Estos jeans son una versión de los skinny, es decir, son igual entallados, pero sin ser totalmente stretch. Otra diferencia es que apenas cubren la pantorrilla.
Al igual que los skinny, son perfectos para todas las siluetas, incluso para quienes tienen piernas anchas o derièrre grande, gracias a que la tela no se pega por completo a la figura.