La depilación, al igual que otros servicios de belleza, implica un gasto. No hay nada peor que darnos cuenta que nuestra inversión no fue bien aprovechada y al poco tiempo los vellos comienzan a salir.
Este problema es mucho peor cuando optamos por pasarnos el rastrillo o la navaja. Y es que hay una gran diferencia entre depilar y afeitar o rasurar, lo que influye en el proceso de crecimiento del vello.
¡Tranquila, tiene solución! En De Última te revelamos 5 trucos para que la depilación te dure más.
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Cuando hablamos de afeitar o rasurar nos referimos a la acción de cortar la parte de los vellos que sale sobre la superficie de la piel. Este proceso se puede realizar en casa con un rastrillo y crema especial.
Por el contrario, depilar es arrancar los vellos desde la raíz. Dicho método es más doloroso y por lo mismo se tiene que realizar con cautela: humectar, exfoliar y utilizar las herramientas adecuadas (unas pinzas o máquina).
La desventaja de afeitar es que el vello crece rápidamente. Es probable que al siguiente día tus piernas, brazos, axilas y la zona del bikini se sientan ásperas, además que implica el riesgo de cortarse con las navajas.
Con la depilación es distinto. Al extraer los vellos desde la raíz tardan más tiempo en regenerarse (aproximadamente de 2 a 3 semanas) y no te dará la molesta sensación de tener "púas" en la piel.
En definitiva, la cera, el láser y la luz pulsada son las mejores alternativas para decirle adiós a los vellitos. Por supuesto, requieren de cuidados antes y después de realizar el proceso, sobre todo si quieres que los resultados duren más.
Ya sea en serum, crema o gel, los retardantes de vello tienen la acción de disminuir el crecimiento si los utilizas constantemente. Ojo: estos productos no detienen la salida de pelitos, sino que vuelven más lenta su aparición y el efecto no es permanente.
Piensa en este escenario: cuanto tienes vellos encarnados se recomienda exfoliar la piel para hacer que salgan a la superficie y así puedas extraerlos. Este es justamente el efecto que queremos evitar para que nos dure más la depilación.
Además, exfoliarse en exceso puede ocasionar lesiones en la dermis. Si vas a realizar dicho proceso, hazlo máximo una vez por semana y siempre aplica hidratante al terminar.
El agua caliente inflama la piel, así que antes y después de la depilación deberás bañarte con agua fría. Ello también te ayudará a tener un acabado más suave y terso en tus piernas, brazos y abdomen.
De igual manera, las duchas frías reducen el riesgo de inflamación (por los tirones de la cera y las pinzas). Te aseguramos que el proceso será menos doloroso.
Finalmente, depila en dirección contraria al crecimiento del vello. Así te aseguras de retirar los pelitos desde la raíz y, como lo explicamos al principio, no tendrás que extraerlos de manera constante.
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