Los cambios de look siempre son buenos para sentirnos renovadas. Muchas veces llegan a marcar el inicio de una nueva etapa en nuestras vidas por más discretos que sean, por ejemplo, modificar el corte de pelo o cambiar el color de cabello.
Cuando cambiamos el tono debemos ser conscientes que tendremos que aplicar muchos cuidados, pues al someterlo a uno o varios procesos químicos se altera la estructura capilar y aparece la sequedad, puntas abiertas, fragilidad e incluso caída.
Las vacaciones están aquí y si decidiste hacer algún cambio en tu cabellera antes de viajar a la playa, en De Última te decimos qué tintes corren peligro en el mar y cómo protegerlos.
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Para conseguir los siguientes colores, el cabello atraviesa por varios procesos y requiere productos con amoníaco, peróxido, decolorante y mucho más.
En la playa, un cabello procesado tiene mayor riesgo de resecarse y maltratarse porque la sal remueve los aceites naturales que lo protegen. Además, el agua de las albercas pone verdoso el pelo, pues se limpian con grandes cantidades de cobre y cloro.
Los colores pastel son el tipo de tono que menos duración tiene y, por lo tanto, hay que darles bastante mantenimiento. Estos colores son favorecedores, pero muy complicados de conseguir.
Recordemos que para tener un rosa o verde pastel, necesitamos decolorar la melena hasta llegar al rubio platinado. Si eres de cabello oscuro, este proceso puede ser agresivo.
Es un color característico con subtonalidades plata, el cual nos brinda luminosidad al rostro. Resulta más fácil de conseguir en personas rubias naturales, aunque suele mancharse con frecuencia.
En la playa, podría tornarse naranja o amarillento, así que te recomendamos utilizar un matizador para conservarlo en perfecto estado.
El color rojo puede aportar no distingue entre pieles morenas y claras, pues a todas nos queda bien. Dependiendo el tono que escojas será el mantenimiento que debas darle.
Eso sí, ten cuidado con el exceso de cobre en la piscina ya que suele deslavarse y tendrás que hacer un retoque de emergencia.
El caso de los tonos fantasía es muy similar a los colores pastel. Como son tintes semipermanentes se desvanecen rápido y hay que retocarlos cada quince días o cada mes.
Pero una de sus ventajas es que puedes cambiar al tono que quieras cuando percibas un desgaste. Para cuidarlos en tus vacaciones, procura no mojarlos demasiado y amarra tu cabello con una liga.
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