El cabello seco y maltratado es una preocupación común, especialmente entre quienes están expuestos a tratamientos químicos o condiciones ambientales extremas. En la búsqueda de soluciones naturales, la mascarilla de maicena y aceite de argán ha ganado popularidad como un tratamiento potente para restaurar la hidratación y suavidad del pelo.
Esta combinación ofrece una serie de beneficios respaldados tanto por la sabiduría popular como por la ciencia.
La maicena, o almidón de maíz, es conocida por sus propiedades suavizantes y absorbentes. Aunque se utiliza comúnmente en la cocina, tiene propiedades que benefician al cabello.
La maicena actúa como un agente acondicionador al formar una película protectora sobre las hebras capilares, ayudando a retener la humedad y controlar el frizz. Según un estudio publicado en el Journal of Cosmetic Science, los polímeros de almidón presentes en la maicena pueden mejorar la resistencia del cabello al daño mecánico y térmico, sellando la cutícula y reduciendo la pérdida de agua transepidérmica.
Por otro lado, el aceite de argán, conocido como el “oro líquido de Marruecos”, ha sido ampliamente estudiado por sus propiedades hidratantes y antioxidantes. Investigaciones publicadas en Phytotherapy Research destacan que el aceite de argán es rico en ácidos grasos esenciales, como el ácido oleico y linoleico, que penetran en la fibra capilar, mejorando su elasticidad y resistencia.
Además, su alto contenido de vitamina E ayuda a combatir los radicales libres, reduciendo el daño oxidativo y mejorando la salud general del cabello.
Preparar esta mascarilla es sencillo y solo requiere unos pocos ingredientes que probablemente ya tienes en casa. Sigue estos pasos para crear una bomba de hidratación para tu cabello seco o maltratado:
Ingredientes:
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Instrucciones:
Para obtener los mejores resultados, puedes usar esta mascarilla una vez por semana. Con el tiempo notarás que tu melena se ve más hidratada, brillante y saludable.
La maicena ayuda a sellar la humedad en las cutículas del cabello, mientras que el aceite de argán penetra profundamente en la fibra capilar, nutriéndola desde dentro. Después de dejar la mascarilla actuar durante 20-30 minutos y enjuagar con agua tibia, el pelo queda notablemente más suave, brillante y manejable.
El efecto humectante de la maicena, en conjunto con el aceite de argán, ha sido respaldado por estudios que confirman la capacidad de ambos ingredientes para mejorar la salud del cabello. Al usarse regularmente, esta mascarilla casera puede restaurar el brillo, reducir el quiebre y revitalizar el cabello seco o dañado, devolviéndole su vitalidad natural.
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