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¿Has usado el aceite de coco en tu rutina de cuidado capilar? Este ingrediente natural, que tiene la cualidad de penetrar profundamente en el pelo, puede aportar muchos beneficios: hidrata y fortalece el cabello, estimula su crecimiento, lo protege de daños externos, controla el frizz, lo nutre y le da brillo, entre otros.
En Medical News Today refieren un estudio de 2020 que comprobó que quienes usaban este aceite en el cabello, una o dos veces por semana, presentaban 65% menos debilitamiento del pelo que quienes no lo aplicaban.
Las personas que tienen el pelo dañado, seco, poroso y con puntas abiertas, pueden conseguir una gran solución al aplicar un poco de medios a puntas. Si tienen más tiempo, pueden recurrir a las bondades de una mascarilla casera con aceite de coco y miel. ¡Solo necesitan un poco más de tiempo!
Mascarilla de aceite de coco y miel para el cabello dañado
Mezclar el aceite de coco con la miel puede ayudarnos a lograr un poderoso tratamiento para nutrir y reparar el cabello dañado.
La miel es un humectante natural, es decir, ayuda a retener la humedad y a mantenerlo hidratado, lo que se traducirá en una cabellera más suave y brillante.
Ingredientes:
- 2 cucharadas de aceite de coco.
- 1 cucharada de miel.
Preparación: Debes derretir los dos ingredientes en una olla a fuego lento, mezclando hasta que se integren. Deja enfriar.
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Cómo aplicar la mascarilla de aceite de coco
- Peina y divide tu cabello en varias secciones para que la aplicación sea más fácil de hacer.
- Aplica la mascarilla casera de aceite de coco en el cabello, cuidando que las puntas queden bien cubiertas.
- Puedes recoger tu cabello y cubrirlo con un gorrito de baño mientras esperas que la mezcla actúe.
- Mantén la mascarilla en el pelo alrededor de 30 minutos.
- Finalmente, enjuaga y lava el pelo como de costumbre, con agua tibia.
Puedes usar esta mascarilla casera una vez a la semana hasta que notes que tu cabellera luce saludable y bonita.
Consejos para cuidar el cabello dañado
- Usa productos para el cabello hidratantes.
- Minimiza el uso de las herramientas de calor como secadora y plancha.
- Aplica protector de calor cuando emplees estas herramientas.
- Evita desenredar tu cabello cuando esté húmedo; hazlo antes de la ducha.
- Pregunta a tu estilista sobre productos de coloración menos agresivos para el pelo (si te lo tiñes) y evita la decoloración.
- Corta tus puntas cada dos o tres meses.
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