El lujo tal y como lo conocemos hoy se cimentó en dos letras que, seguramente, hemos visto un millar de veces en publicidad , los medios de comunicación y las calles de todo el mundo: LV . Que su logotipo sea uno de los más imitados y mayormente replicados en la piratería internacional no es gratuito. Louis Vuitton es la casa francesa de moda que fue pionera en cómo entendemos la exclusividad y el poder de una marca sobre nuestros artículos diarios .
Establecida en 1854 por un fabricante y empaquetador de cajas parisino , famoso por la perfección de su marroquinería y su nivel de innovación y practicidad, la marca, que llevaba su propio nombre, no tardó en posicionarse en el camino del éxito tras haberse encargado de los baúles y equipaje de Eugenia de Montijo , emperatriz esposa de Napoleón III .
Fue algunos años después que su hijo, Georges Vuitton , creó el famosísimo monograma LV en un intento por hacer más identificable el trabajo de Louis ; además, viendo el rotundo triunfo de la marca en el deseo público, que con rapidez otras casas diseñadoras intentaban emular –o falsificar– los logros y autenticidad del negocio familiar, el logo entrelazado con un patrón floral adquiría todo el sentido del mundo como una herramienta para prevenir las réplicas no oficiales .
¿Cómo lo logró? La fuente que se utilizaba para el sello Louis Vuitton es una serif cursiva, dibujada a mano y basada en la tipografía Times New Roman . Cualquier cosa que se escapara de estas ligeras pero efectivas complejidades abrían la sospecha; por ejemplo, aún se utiliza este método para identificar piezas falsas , entre otras cualidades, claro, del material o los cortes sobre estos en las piezas .
Lo que no sabía entonces Vuitton , más como firma que como el empresario en sí, es que esta medida inauguraba un total concepto de identidad, posicionamiento y emoción en sus usuarios. Un recurso que no tardaron en adoptar nombres como Chanel , Gucci o Coach a principios de Siglo XX , y más tarde Yves Saint Laurent o Calvin Klein .
Y allí no acabó la historia. En los 90 , bajo la dirección de Marc Jacobs y las exigencias de una cultura popular que poco a poco desdibujaba sus límites con el high end , Louis Vuitton salía a las calles, era intervenido por artistas, se utilizaba para filmes de culto e hizo de su monograma un elemento que hasta la fecha juega un relevante papel en el romance exclusividad-piratería , del cual nutre y nutre cada vez mejor su nivel de lujo .
Tal ha sido su impacto, que Louis Vuitton – marca y logo – fue el pilar pionero para entender a un monograma como parte del diseño intrínseco de los productos realizados por una casa de moda , e incluso uno de sus mayores artículos o una pieza en sí dentro de sus colecciones . Como lo apunta Steff Yotka para Vogue : «Cómo es que conoces el monograma no es lo que importa, es que lo conoces». Y así es como se crea y perpetúa el espíritu de la alta moda.
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