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Dado el éxito obtenido en mi columna sobre los tratamientos corporales , hoy me doy a la tarea de hablarles sobre aquellos procedimientos que pueden ser beneficiosos para el rostro . Yo me empecé a preocupar un poco por las arrugas cuando cumplí 29 , luego me deprimí a los 30 y a los 31 abracé la situación y me puse a investigar sobre qué podría hacer para preservar mi piel de la manera más óptima posible.
Primero comprendí que, independientemente de los procedimientos estéticos , era importante cuidarme a diario con los productos adecuados, guiada por un dermatólogo . Por supuesto, tomar agua y alimentarme balanceadamente se volvió parte de la ecuación, así como usar bloqueador solar todos los días. Por supuesto, hay que darle una ayudada “extra” a nuestra carita . A continuación les doy mis recomendaciones. Antes de animarse a realizarlas, consulten con un dermatólogo de confianza :
1. Aqua Therapy. Si algo he aprendido es que mantener el rostro limpio e hidratado es uno de los mejores métodos para retrasar el envejecimiento. Esta técnica es nueva y es el siguiente paso de lo que conocíamos como hidrafacial . Se recomienda una vez al mes y ayuda a limpiar, hidratar y rejuvenecer el rostro. Es buenísima para eliminar puntos negros, reducir poros, mejorar la textura, unificar el tono de la piel y controlar la grasa, entre otros beneficios a mediano plazo. Es el complemento ideal del AAPE facial del cual les hablé en la columna anterior que, si bien se puede aplicar al cuerpo para reducir cicatrices y estrías, también es excelente para las líneas de expresión.
2. Botox y Fillers . Existe un mito en torno al botox y los rellenos faciales. Sí son buenos, pero debes acudir con un experto. Si vas cada ocho o 10 meses con un especialista que sabe cómo aplicar la toxina botulínica , los resultados serán excelentes y el rostro seguirá teniendo expresión, retardando la aparición de arrugas y líneas, aportando luminosidad y lozanía.
3. Plasma . Si no te gusta ver sangre ni toleras las agujas, tal vez no seas tan feliz con este método. Sin embargo, no es tan doloroso como pareciera. Todo comienza cuando te extraen un poco de sangre. Una vez extraída los tubos se colocan en una centrifugadora por algunos minutos. Al sacarlos se verá cómo la sangre se ha separado y queda una sustancia amarill a en el fondo del tubo y una capa roja en la parte superior. El doctor, con una jeringa de insulina, extraerá el plasma y lo aplicará en el rostro. De nuevo, sobra decir que vayan con un dermatólogo especializado que lo aplique de manera natural y adecuada. Se recomienda hacer este proceso una vez al mes o cada cinco semanas. No saben la piel cómo va mejorando: luce luminosa y radiante. Podrías verte más joven.
Con cariño,
Gina
