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Estoy en un aeropuerto rumbo a mis vacaciones y abro mi pasaporte . Me doy cuenta que no me parezco tanto a aquella foto y eso que solo fue hace tres años. Si les da curiosidad saber cómo luzco en aquel retrato les digo que llevo el pelo largo y ondulado, labios rojos y unos kilitos de más en cada cachete. Invariablemente me pongo a pensar en lo que ha sucedido de cuando tramité aquel pasaporte a ahora, y me doy cuenta que he atravesado por mil cambios físicos y personales en tan poco tiempo.
Para comenzar el 2020, y una nueva etapa, quiero hablar sobre la transición y transformación al comenzar un nuevo ciclo. Así que, si tú que estás leyendo esto ves tus fotografías de hace tres años y traes el mismo look , esta columna te interesa.
Hay una oración que es muy famosa “todos los cambios son buenos”, y les digo que sí pero no tanto. O sea, si ahorita van, se rapan y se tatúan la cara, pues no es tan buena idea, ¿cierto? Entonces, yo creo que hay que estarse renovando continuamente, pero tomando en cuenta nuestras áreas de oportunidad. A mí me da mucho gusto ver fotos de hace 20 años y darme cuenta de que hoy me veo mejor. A pesar de la edad estoy en una mejor condición física y compruebo que, con ayuda y disciplina, mi cuerpo se ha adaptado año con año.
Hay personajes como Anna Wintour, Grace Coddington, Bill Gates y Steve Jobs que son fieles a su look… y se ven idénticos por los siglos de los siglos. Si quieren ser de ese grupo también se vale, pero entonces tienen la obligación de ejecutarlo hasta el final y eso implica verse igual por más de 30 o 40 años. Yo no podría, al segundo año estaría aburrida.
Siento que es bueno hacer cambios cada dos años : un corte de pelo o variación en la manera de maquillarnos , pero buscar ser más saludables, más espirituales, más involucrados con nuestro crecimiento interior. También se nota en las fotos, pero sobre todo en nuestro estilo de vida y en la manera en la que enfrentamos la realidad y caminamos hacia el futuro.
Hablando de frases y cambios, la que sí va conmigo es “renovarse o morir” y no morir en un sentido físico , sino en un sentido espiritual que es mucho más fuerte y devastador. Busquemos renovarnos como recurso de evolución, como algo que nos debemos a nosotros mismos por el simple hecho de estar vivos. Busquemos ser mejores con el planeta, con nuestros hábitos de consumo , con la gente que trabaja con nosotros, busquemos un cambio como entes sociales que le deben a la sociedad que los trajo hasta este punto, busquemos generar cambio en nuestras generaciones pero también en los más pequeños y los más grandes. Hay que cambiar para evolucionar.
Que en enero 2020 uno de nuestros propósitos sea este cambio de look que no solo implica un corte de pelo nuevo, sino una nueva y mejorada versión de nosotros mismos. Si todos lo ejecutamos, estoy segura que estaremos delante de una gran década.
Con cariño,
Gina