Al escribir esta columna me di cuenta que estamos a unos días de terminar esta década. No “me había caído el veinte” de que el fin de 2019 implica cerrar 10 años de acontecimientos. Decidí recapitular esta etapa compartiendo con ustedes lo que, para mí, han sido los tres momentos más relevantes en la moda porque, como lo hemos dicho antes, la moda es un reflejo y referente de las circunstancias actuales y globales .
1. El desvanecimiento de las temporadas.
El cambio climático ha transformado la moda y viceversa. El consumo y el fast fashion han tenido un impacto en la evolución del planeta y, por ende, la industria se ha tenido que transformar, le guste o no. La manera en que adquirimos moda ha mutado. Hoy somos más conscientes de lo que compramos, de cuánto compramos, de los materiales, textiles y de quién está detrás de la ropa que vestimos. Como industria también nos reinventamos en producción, mano de obra y materias primas. Reciclamos, reutilizamos e inclusive estamos pendientes de cómo y cada cuánto lavamos las prendas. La cadena se modificó drásticamente y, aunque aún falta mucho (muchísimo) por avanzar y aprender, estamos en el camino. Todo esto se ha reflejado en que ya no estamos tan clavados en las estaciones porque también se han vuelto más difusas y cambiantes. Las propuestas de los diseñadores van más enfocadas a la utilidad a lo largo de los 365 días del año que a las temporadas.
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2. Moda inclusiva.
Probablemente, mi parte favorita de esta evolución es que la moda se ha democratizado y se está convirtiendo en una industria inclusiva. A diferencia de hace 10 años, hoy vemos modelos de diferentes razas, edades, contextura... La diversidad y la inclusión es la tendencia, cuando hace 10 años veíamos “estereotipos ideales” e inalcanzables. Si alguien en el 2010 nos hubiera dicho que hoy encontraríamos en portada a una modelo plus size o a una indígena, lo hubiéramos tirado de loco. Hoy en las campañas vemos de todo, como en la vida misma: hay una representación de la cual todos somos parte. Las estrías y la celulitis ya no están mal vistas, el vitiligo tampoco. Lo que antes se consideraban defectos, hoy son oportunidades. ¡Viva la diversidad!
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3. Sexualidad a su máxima expresión.
La manera de abordar las preferencias sexuales también se ha modificado drásticamente. Así como las temporadas climáticas se difuminan , también la sexualidad : en la actualidad, lo andrógino es constante en campañas . Ahora vemos cómo las prendas son utilizadas por hombres y mujeres. El género no es imperativo, antes era inconcebible.
¿Qué creen que pasará en esta década? ¿Hasta dónde llegaremos en los próximos 10 años? Por mi parte, sé que esta columna quedará para la historia como un brevísimo resumen y como punto de partida para lo que viene.
Con cariño,
Gina