Los agentes externos, como los rayos solares, el clima y la contaminación, pueden ocasionar visibles daños en la piel. Con nuestra rutina de cuidados diarios buscamos contrarrestarlos y mantener un aspecto lozano, pero a veces sentimos que algo falta para devolverle la luminosidad al rostro o minimizar las manchas o líneas de expresión que no nos gustan. Para este caso, el suero es ideal.
¿Qué es y cómo actúa?
El suero, o sérum, es un concentrado cosmético de textura ligera que penetra en las capas más profundas de la piel, logrando un efecto reparador y revitalizante en el rostro.
¿Hay uno para cada necesidad?
Al igual que con las cremas hidratantes y otros cosméticos, podemos encontrar gran variedad de marcas con diferentes áreas de acción: antiarrugas, reparadores, revitalizantes, antiestrés y antimanchas. Todo dependerá de tus necesidades específicas.
¿Es igual que una crema hidratante?
Es más ligero. Su absorción es más rápida y no deja sensación grasa en el cutis, pero es menos hidratante que una crema y no tiene factor de protección solar. En todo caso son productos de uso complementario si queremos lograr un cuidado intenso.
¿Cómo se aplica?
Coloca varios puntitos de producto en el rostro completamente limpio y espárcelo suavemente con la yema de los dedos, de adentro hacia afuera, alcanzando la zona del cuello y el escote. Espera un par de minutos para que sea absorbido por completo y luego aplica tu crema humectante de costumbre. Debe ser usado diariamente.
¿Los resultados son notorios?
El efecto de hidratación y mayor energía es visible apenas inicia su uso. Su aplicación constante evidenciará mayor luminosidad, y disminución de líneas de expresión o manchas, según el tipo de suero.
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