A la hora de ir con el peluquero nuestra mayor preocupación es que nos haga el único corte que se sabe o que no respete el famoso “sólo las puntitas”, no pasa por nuestra cabeza que no podríamos salir vivos de ahí.
¿Salir vivos? ¿Cómo? El extraño problema médico llamado “el síndrome del salón de belleza” se produce cuando la estilista inclina nuestra cabeza hacia atrás para poder lavarnos el cabello.
“Cuando una de esas arterias cervicales resulta dañada de algún modo, puede darse lo que se llama disección, un daño en el interior del vaso sanguíneo, que lleva a un flujo y a una coagulación anormales, y luego dichos coágulos pueden ascender hasta el cerebro y causar un derrame”, declaró el doctor en medicina Steven R. Zeiler, jefe de investigaciones en accidentes cerebro vasculares del Johns Hopkins a Buzzfeed.
Aunque puedes tener síntomas como: mareo, cambio en el gusto, visión borrosa, desmayo, dificultad para hablar, entumecimiento, dolores de cabeza e hinchazón en el cuello.
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Aunque no se ha estudiado mucho de dicha enfermedad, el síndrome del salón de belleza no se produce sólo en las peluquerías, también con sólo una actividad que requieran un movimiento exagerado en el cuello, por lo cual te sugerimos no inclinar la cabeza más de 15 grados en el lavabo o al maquillarte para evitar presión en las venas del cuello.
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