El envejecimiento es un proceso natural que, de acuerdo con diferentes estudios, muestra sus primeros signos alrededor de los 35 años . Y uno de los órganos en los que se hacen más visibles estas señales es, sin duda, la piel . No obstante, dichos cambios pueden aparecer antes si no se practican hábitos saludables y diversos cuidados.
“Hay dos factores que causan el envejecimiento de la piel: uno es el intrínseco, el cual está determinado principalmente por la genética; y el otro es el extrínseco, causado por factores ambientales como la exposición solar, la contaminación y el estilo de vida”, señala Rodrigo Gutiérrez Bravo, dermatólogo y director médico de PielClinic.
Por ello, es importante vigilar tu rutina diaria para identificar las actividades o costumbres que pueden afectar la salud de la piel, así como utilizar los productos adecuados de cuidado para retrasar, en la medida de lo posible, este proceso biológico que suele preocupar a mujeres de diferentes edades.
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¿Qué lo provoca?
“Uno de los factores principales del envejecimiento cutáneo es la radiación ultravioleta, en específico la UVB (290-320nm) y la UVA (320-400nm), debido a sus efectos mutagénicos directos en el ADN. Esto conduce a un daño oxidativo y destrucción celular, y por ende, al envejecimiento prematuro”, dice el especialista en dermatología.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, el sol, las lámparas solares y las cabinas de bronceado emiten este tipo de radiación que, entre otros daños, puede generar cáncer de piel. Además, se debe tener en cuenta que los rayos UV se reflejan en el pavimento, la arena, el agua, la nieve, el hielo y pueden atravesar parabrisas y ventanas.
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Otros agentes que aceleran este proceso se vinculan con el estilo de vida de cada persona, tales como la dieta (alta en calorías), la ingesta de alcohol y el tabaquismo. “Entre las causas extrínsecas también se encuentran el sedentarismo, el estrés, los malos hábitos de sueño y la contaminación”, advierte Ana Caballero Centeno, directora médica del centro DermaCare.
Es por ello que, para retrasar los signos del envejecimiento, los especialistas aconsejan seguir una rutina de cuidado facial que contemple limpieza, hidratación y protección solar, además de dormir al menos siete horas diarias, mantener un peso adecuado, vigilar los alimentos (consumir más proteínas, fibras y vitaminas), beber agua a lo largo del día, hacer ejercicio tres veces por semana o más, y evitar el cigarro.
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Belleza al rescate
Los avances en la industria cosmética permiten incorporar novedosos y eficaces ingredientes que nutren, reafirman y minimizan los estragos del tiempo en la piel. Además, ofrecen una variedad de fórmulas (geles, cremas, sueros, concentrados, mascarillas) ideales para cada tipo de rostro.
“La vitamina C, por ejemplo, es un tratamiento antioxidante que ayuda a prevenir el fotoenvejecimiento ocasionado por la radiación ultravioleta. Protege a la piel del estrés oxidativo donando electrones para neutralizar los radicales libres”, explica el dermatólogo Rodrigo Gutiérrez Bravo.
Cuando ya hay signos visibles por la edad (como piel seca o flácida, manchas o arrugas finas), los retinoides tópicos ayudan a aumentar el grosor de la capa superficial de la piel (llamada epidermis) y, en la capa profunda, incrementan la actividad de los fibroplastos a través de la formación de nuevo colágeno.
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“Otros medicamentos que combaten estas señales son los alfahidroxiácidos (AHA), unas sustancias que se extraen de los alimentos, principalmente de las frutas. Los AHA más conocidos son el ácido glicólico (proveniente de la caña de azúcar), el ácido láctico (de la leche agria o fermentada), el ácido málico (de la manzana) y el ácido tartárico (de la uva)”, indica el director médico de PielClinic.
De acuerdo con el especialista, cuando éstos se aplican en concentraciones moderadas (entre un cinco y 15%) disminuyen el espesor de la capa más externa de la piel, mientras que en concentraciones superiores (entre un 50 y 70%) pueden estimular la síntesis de nuevo colágeno.
“Antioxidantes como el superóxido dismutasa contribuyen a regular la producción de especies reactivas de oxígeno y disminuir el proceso proinflamatorio, y como consecuencia, el de envejecimiento cutáneo”, apunta la dermatóloga Ana Caballero Centeno.
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El vehículo ideal
La manera de transportar estos ingredientes a la piel es clave para conseguir los resultados deseados. “El vehículo depende de la edad, el medicamento, los objetivos y el estado de la piel. En el caso de los retinoides, se prefieren en crema y se debe iniciar el tratamiento en bajas concentraciones e ir aumentando de acuerdo con la tolerancia del paciente.
“Por otro lado, la vitamina C se encuentra disponible en sérums, cremas, parches transdérmicos, entre otros. De éstos, solo los primeros contienen vitamina C en su forma biológicamente activa: ácido L-ascórbico”, precisa Rodrigo Gutiérrez Bravo.
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El tipo de piel también determina el vehículo para combatir el envejecimiento. Si tu piel es seca, lo mejor es apostar por una crema nutritiva; mientras que si tiende a ser grasa, hay fórmulas en gel que se adaptan de manera perfecta al rostro. Como cuidados complementarios, no olvides incluir en tu rutina un producto específico para el contorno de ojos, así como otros para la zona del cuello y las manos.