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Desde hace ya cinco meses, el cubrebocas se ha convertido en uno de los accesorios que protegen nuestra salud durante esta pandemia .
La mayor parte del 2020 hemos estado ligados a las medidas sanitarias como la sana distancia, el lavado de manos y tuvimos que dejar la vida que conocíamos antes para dar prioridad a nuestra salud y la de las personas que nos rodean.
Foto: Pexels
Con la escasez de cubrebocas y el alza de los precios que han envuelto a este artículo, hemos buscado alternativas, pero estas no siempre son las mejores.
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Como ya lo mencionamos, hemos puesto a prueba nuestro ingenio para poder hacerle frente a la pandemia , y hemos visto infinidad de mascarillas : temáticos, con pañoletas, transparentes y hasta de colores, pero, la pregunta del millón de dólares es esta: ¿Qué telas son las más seguras al hacer un cubrebocas ?
Una investigación a cargo de la empresa Smart Air ha dado con las telas que son las mejores para poder seguir cuidando nuestra salud y dejar los cubrebocas desechables al sector médico, que son quienes más los necesitan.
El estudio se centró en la prueba de 30 mascarillas que estaban elaboras de diferentes materiales como: poliéster, algodón, fundas de almohadas, pañuelos, lana, filtros de café, entre otros y se evaluaron factores de resistencia, filtrado de bacterias y su transpirabilidad.
Foto: uniplash
¿Cuáles son las mejores para seguir cuidando nuestra salud?
El estudio arrojó que la mezclilla es la tela número uno para poder elaborar un cubrebocas casero, seguida de la lona y las toallas de papel.
Foto: Cortesía Smart Air
Sorpresivamente, las toallas de papel y las sábanas son una opción que también puede ayudar a mantener tu salud estable. Los elementos que las hacen ser las mejores telas para elaborar una mascarilla son su poca transpirabilidad y su alto nivel de filtración, pues tener un cubrebocas de estos materiales te permitirá seguir respirando de manera adecuada y sin conflicto.
¿Y las peores?
Las telas menos adecuadas para tener una mascarilla son las más naturales, desgraciadamente sus fibras carecen de toda capacidad de filtración, su composición las hace un imán perfecto para cultivo de bacterias.
El algodón, el lino, las mascadas y el terciopelo pueden ser muy llamativas pero no son la mejor opción para tener un cubrebocas.
