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Sin duda, arreglar el cabello es el paso preferido de todas dentro de nuestra rutina. Ya sea que lo lleves suelto, recogido en una coleta, en chongo, con ondas o lacio, es un elemento clave para completar cualquier look.
Nada nos hace más felices que una melena limpia, sana, con brillo y manejable. Desafortunadamente, no siempre la suerte está de nuestro lado y existen días en que, por más que lo peinemos, simplemente no luce bien.
La peor cosa que nos puede pasar es que comience a ponerse grasoso y esto se debe a varios factores, que no necesariamente indican mala higiene. Si no sabes cómo solucionar el problema, en De Última te compartimos los mejores consejos.
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¿Por qué tengo el cabello graso?
Por lo regular, tener cabello graso es una condición genética. Sin embargo, hay otros elementos que favorecen la producción excesiva de sebo, es decir, el aceite natural que genera el cuero cabelludo para mantenerse hidratado.
Abusar de ciertos productos para el cuidado de la melena también ocasiona una textura oleosa. Así que presta atención porque estas son las claves para combatir el problema de raíz:
- Usar shampoo y productos inadecuados. Es importante conocer el tipo de cabello que tenemos para realizar un mantenimiento eficaz. Considera si es chino, lacio u ondulado, procesado, seco o con exceso de grasa.
- No limpiar las herramientas para el cabello. Al tener sucios los peines, cepillos y herramientas de calor, nuestro cabello estará en contacto con bacterias y agentes que alteran el sebo.
- Lavar el cabello todos los días. Para algunos tipos de melenas, la limpieza diaria estimula la producción de sebo en mayores cantidades. Bañarnos con agua caliente, no secarnos e ir a dormir con el pelo húmedo también empeora la situación.
- Uso excesivo de aceites. Si tienes puntas secas y cuero cabelludo graso, te cuidado al aplicar aceites en la raíz. Dicho producto debe distribuirse únicamente de medios a puntas.
- Accesorios para el pelo. Los sombreros generan sudor en nuestra cabeza y muchas veces los utilizamos para ocultar el problema. Por el contrario, procura dejar tu melena al aire libre y no sujetarla con donas o ligas para que se refresque.
Si bien hay varios consejos que puedes implementar para cuidar tu cabello, recuerda que no podemos hacer mucho por nuestras glándulas sebáceas. Con ellas nacimos y son parte de nuestra genética.
No obstante, te recomendamos buscar productos capilares libres de sulfatos y siliconas; elegir aquellos con salvia, pino, ortiga blanca y castaño de indias; no tocar constantemente el pelo; y bañarte con agua templada.
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