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No cabe duda de que en la moda todo regresa. Después de algunas temporadas en el anonimato, el estilo bohemio se coloca nuevamente bajo los reflectores para conquistar a las mujeres con su aire relajado y apariencia despreocupada (aunque no tanto).
Si bien esta influencia se mantuvo vigente a través de las creaciones de Gabriela Hearst o Isabel Marant, la responsable de que vuelva a arrasar esta temporada no es otra que la casa francesa Chloé,en específico, de su actual directora creativa, Chemena Kamali, cuyo debut fue en marzo pasado.
Aunque fiel a su esencia, el estilo boho muestra una nueva cara para el otoño: se presenta más depurado, vaporoso y fresco. “La realidad es que su naturaleza no cambia. Luce distinto porque los creadores lo reinterpretan con toques contemporáneos”, señala la diseñadora mexicana de moda Daniela Villa.
No solamente tiene un aspecto diferente, sino también se lleva de otras maneras. Hoy en día, las creaciones de aire bohemio se pueden mezclar con botas altas de piel, cinturones con acabados metálicos o collares de diamantes, sin que eso signifique opacar su espíritu de libertad.
Un poco de historia del estilo bohemio
El estilo bohemio (o boho) no nació en los festivales de música ni de la mano de actrices de cine. Esta influencia que aboga por la individualidad y la libre expresión tiene sus raíces a finales del siglo XVIII, luego de la Revolución Francesa.
Al término de este conflicto, surgió en Francia una contracultura conocida como los bohemios, la cual estaba conformada por artistas e intelectuales que se conducían sin seguir ningún tipo de regla.
La mayoría de ellos formaban parte de la clase media de la época, que después de la Revolución pasó a ser una clase pobre, por lo que tuvieron que adoptar un estilo de vida nómada y precario. Las condiciones económicas los llevaron a vestir de una manera relajada, libre y original. Su look se convirtió en una forma de expresión.
Fue en los sesenta cuando la influencia bohemia se identificó con la imagen de los hippies. La soltura de las prendas, los estampados florales, las túnicas, la joyería elaborada a mano y la combinación inusual de colores y patrones se convirtieron en elementos característicos.
A través de los años, dicho estilo se volvió el uniforme de los festivales musicales, desde Coachella hasta el Vive Latino. A pesar de que el look se presenta cómodo, su éxito radica en la habilidad para mezclar colores, texturas y estampados, así como para incluir los accesorios precisos.
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El boho no pierde su esencia
Aun cuando el estilo bohemio no responde a pautas estrictas, hay piezas, complementos y detalles que son indispensables para configurarlo. Las líneas cómodas y relajadas, por ejemplo, predominan en blusas y vestidos, los cuales se llevan desde cortos hasta largos que llegan al piso.
Este look no se entendería sin los estampados, ya sean florales, geométricos o de aire étnico, mismos que pueden incluirse en una sola prenda o, bien, a través de un accesorio, como una mascada o una bolsa de mano. Hoy en día, las texturas también juegan un papel protagónico en los outfits. Encaje, chiffon, ‘faux fur’ y brocados, entre otros recursos, marcan el acento bohemio en los diseños.
“La influencia bohemia se define por las siluetas relajadas, ya sea en maxivestidos con vuelos, faldas pareo o blusas con mangas holgadas. Si bien no se caracteriza por ser común, ayuda a proyectar seguridad y fuerza, además de que indudablemente llama la atención”, considera Daniela Villa.
Otro aliado indispensable para conseguir el estilo boho es la mezclilla. Los jeans se lucen en siluetas amplias (por ejemplo, con campana en las piernas), mientras que las faldas pueden llevarse tanto arriba de la rodilla como al tobillo. Una chamarra de denim con detalles bordados aporta un toque relajado a un vestido vaporoso.
Elementos en tendencia
Los bordados y flecos son elementos decorativos populares en las piezas asociadas a este estilo. Se presentan sobre todo en blusas, chaquetas, vestidos, chalecos y bolsas. Si bien el look bohemio aboga por la comodidad, actualmente se mezcla con algo más que unas sandalias de piso, por ejemplo, con unas botas altas de piel o incluso sneakers.
Esta temporada, la influencia boho revela un lado más romántico a través del uso de materiales vaporosos y traslúcidos, sobre todo para la confección de maxivestidos. De igual modo, echa mano de recursos como fruncidos, volantes y drapeados para enfatizar tanto la delicadeza de las piezas como su aire femenino. Las blusas con alguno de estos detalles son ideales para acompañar pantalones formales o jeans con campana.
Dado que esta influencia aboga por la individualidad, los detalles son decisivos para personalizar el look bohemio, así como para que éste se destaque del resto. Los collares no solo se llevan en modelos con guiños tribales, sino también en versiones poderosas de acabado dorado o recubiertas de coloridos cristales como el jade, amatista o cuarzo.
Los sombreros y las gafas oscuras se vuelven accesorios indispensables dentro de este estilo. Un sombrero tipo fedora o de ala ancha, por ejemplo, aporta un toque único a cualquier atuendo. Incluso, se puede buscar un modelo con detalles étnicos colocados de manera artesanal para subrayar la originalidad del look.
“Creo que las personas buscan autenticidad, de ahí que prefieran la singularidad en las piezas. Es precioso lo que la gente es capaz de hacer con las manos: el trabajo de tejido, del punto, del bordado y los adornos. El estilo boho se vincula con el amor a la artesanía”, dice la diseñadora Isabel Marant.
El regreso del estilo boho viene acompañado de un deseo de libertad y un dejo de suavidad. Sin importar las reinterpretaciones que le dan los diseñadores, sigue fiel a su esencia, principalmente a sus vibraciones relajadas y su defensa por la expresión individual. La temporada de otoño se convierte en el momento ideal para volver a sentir su influencia.
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