Las brochas de maquillaje son herramientas esenciales para conseguir un acabado perfecto en el rostro, pero también pueden convertirse en un foco de bacterias si no se limpian correctamente. Limpiar tus brochas de manera regular ayuda a mantener tu piel sana y prolongar la vida útil de tus herramientas y mejora la aplicación del maquillaje.
Las brochas de maquillaje acumulan residuos de productos, aceites de la piel, células muertas y bacterias que, con el tiempo, pueden causar brotes de acné, irritaciones o infecciones en la piel. Según la dermatóloga Debra Jaliman, autora de Skin Rules, el uso de brochas sucias puede transferir bacterias a tu rostro y obstruir los poros, lo que aumenta el riesgo de imperfecciones y problemas cutáneos. Por lo tanto, limpiarlas regularmente es esencial para mantener la salud de la piel.
La frecuencia con la que debes limpiar tus brochas de maquillaje depende del uso que les des. Las brochas que se usan para productos líquidos o en crema, como bases o correctores, deben limpiarse semanalmente. Las brochas para productos en polvo, como sombras de ojos o polvos compactos, pueden limpiarse cada dos semanas.
Para una limpieza eficaz, sigue estos pasos sencillos:
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Limpiarlas de manera regular no solo mejorará la aplicación de los productos, también reducirá el riesgo de problemas cutáneos. Un buen mantenimiento es clave para disfrutar de un maquillaje impecable y una piel saludable a largo plazo.
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