Las son herramientas esenciales para conseguir un acabado perfecto en el rostro, pero también pueden convertirse en un foco de bacterias si no se limpian correctamente. Limpiar tus brochas de manera regular ayuda a mantener tu piel sana y prolongar la vida útil de tus herramientas y mejora la aplicación del .

¿Por qué es importante limpiar tus brochas?

Las brochas de maquillaje acumulan residuos de productos, aceites de la piel, células muertas y bacterias que, con el tiempo, pueden causar brotes de acné, irritaciones o infecciones en la piel. Según la dermatóloga Debra Jaliman, autora de Skin Rules, el uso de brochas sucias puede transferir bacterias a tu rostro y obstruir los poros, lo que aumenta el riesgo de imperfecciones y problemas cutáneos. Por lo tanto, limpiarlas regularmente es esencial para mantener la salud de la piel.

Foto: Pexels
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Frecuencia de limpieza

La frecuencia con la que debes limpiar tus brochas de maquillaje depende del uso que les des. Las brochas que se usan para productos líquidos o en crema, como bases o correctores, deben limpiarse semanalmente. Las brochas para productos en polvo, como sombras de ojos o polvos compactos, pueden limpiarse cada dos semanas.

Cómo limpiar tus brochas de maquillaje

Para una limpieza eficaz, sigue estos pasos sencillos:

  • Humedece las cerdas: Comienza mojando las cerdas de la brocha con agua tibia. Evita mojar el mango, ya que el agua puede aflojar el pegamento que mantiene las cerdas en su lugar.
  • Aplica un limpiador suave: Usa un limpiador específico para brochas o un jabón suave, como uno de bebé o un champú sin sulfatos. Evita los limpiadores agresivos que puedan dañar las cerdas o irritar la piel.
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  • Frota con suavidad: Haz movimientos circulares sobre la palma de tu mano o en una superficie texturizada para deshacerte de los residuos de maquillaje. Asegúrate de que las cerdas queden limpias por completo.
  • Enjuaga bien: Enjuaga las cerdas con agua tibia hasta que el agua salga clara y sin restos de jabón o maquillaje.
  • Secado adecuado: Para evitar que las brochas de maquillaje pierdan su forma, sécalas en posición horizontal sobre una toalla limpia y déjalas secar al aire.

Limpiarlas de manera regular no solo mejorará la aplicación de los productos, también reducirá el riesgo de problemas cutáneos. Un buen mantenimiento es clave para disfrutar de un maquillaje impecable y una piel saludable a largo plazo.

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