En nuestras rutinas de cuidado personal, la depilación siempre tiene un espacio. Aunque muchos de los métodos empleados comúnmente son muy seguros, desde los que hacemos en casa como los que nos practican en centros especializados, la piel puede irritarse.
La piel irritada se verá enrojecida, se puede sentir ardor o picazón y, en algunos casos, hasta podrían aparecer granitos que resultan incómodos y nos molestan estéticamente. Lo más recomendable es probar con cuál producto o instrumento te va mejor: ¿cera?, ¿crema depilatoria?, ¿rastrillo? Aunque es lo más básico, en muchos casos de piel sensible se recomienda el básico rastrillo, para evitar reacciones.
Para contribuir con la prevención de una piel irritada y la aparición de granitos, toma en cuenta que el cuidado de la piel constante es clave. La exfoliación regular y la hidratación diaria son gestos de belleza que debes llevar a cabo constantemente con los productos adecuados. Si tu piel se irrita, sigue estos consejos:
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La La Academia Americana de Dermatología (AAD, por sus siglas en inglés) confirma estos consejos en sus recomendaciones para calmar la piel después de la depilación con cera: “Después de la depilación, calma tu piel aplicando compresas frías si tienes dolor, evitando baños y duchas calientes, usando ropa holgada y aplicando crema hidratante que no obstruya los poros”.
Además, con enfoque preventivo, aconseja evitar el uso de productos con retinol y retinoides en el rostro de dos a cinco días antes de la depilación con cera, porque la piel podría verse afectada.
También puedes usar cremas o pomadas regeneradoras de venta en farmacias, con recomendación dermatológica. En casos que se tornen graves, debes consultar a un especialista.
Antes de depilarte debes humedecer tu piel para suavizarla. Por eso es una buena idea hacerlo después de la ducha porque la piel estará húmeda y libre de exceso de grasa y células muertas que pueden obstruir la hoja de afeitar.
Usa crema o gel de afeitar, pasa el rastrillo en la dirección en la que crece el vello y enjuágalo tras cada pasada, para eliminar restos de gel y vellos.
No olvides mantener tu rastrillo limpio y seco. La AAD aconseja emplear el rastrillo o las cuchillas solo entre 5 y 7 veces para reducir la irritación de la piel.
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