La peatonalización del Zócalo de la Ciudad de México ha sido un tema debatido por gobiernos, la sociedad civil y los expertos en temas urbanos, debido a los diversos usos que se la da al lugar, que van desde la instalación de ferias culturales y eventos recreativos, hasta el uso del espacio como un sitio de congregación masiva, en el que la sociedad se manifiesta y se intercambian posturas políticas.
El 8 de enero pasado, el jefe de Gobierno de la capital, Martí Batres, anunció el proyecto “Camina tu Zócalo”, y presentó de forma breve una serie de intervenciones que se realizarán en los siguientes meses alrededor del Zócalo capitalino.
El funcionario informó que las calles 5 de febrero, José María Pino Suárez y 20 de Noviembre se cerrarían a la circulación de vehículos motorizados.
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La Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX informó que esta nueva intervención contempla la colocación de mobiliario urbano, jardineras, vegetación, losetas y luminarias. El asfalto actual se reemplazará por un acabado distinto, pero no reveló el proyecto ejecutivo.
Más allá de la necesidad de peatonalizar el Zócalo, un tema central es el uso cotidiano y político que se la ha dado históricamente de congregar a la ciudadanía, característica que ha sido trastocada con la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador a habitar dentro de Palacio Nacional.
Para el arquitecto Miquel Adriá, la peatonalización del Zócalo es una idea positiva por sus características arquitectónicas e históricas, sin embargo, que las calles aledañas se cierren debido a que el presidente López Obrador se encuentra en Palacio Nacional y que se coloquen vallas protectoras alrededor del perímetro de la plancha por marchas o manifestaciones entorpece el paso de los peatones y altera la libertad de congregación en el Centro Histórico.
“Una de las mayores virtudes del Zócalo es su capacidad de vacío, es un gran espacio vacío, que es una de las grandes representaciones de la arquitectura mexicana, lo que me preocupa es que casi siempre se encuentre con bardas que protejen la vivienda del señor presidente; tampoco está bien que se llene de policías y militares a cada momento”, apunta Adriá en entrevista.
El también director de la revista Arquine reitera que el vacío de la plancha del Zócalo es una virtud que permite la realización de eventos públicos, manifestaciones, ferias, conciertos y otras actividades. “Lo importante es que el espacio sea potencialmente para todo, vacío, limpio, seguro, pero la seguridad no tiene que ser igual a la militarización y blindaje, porque es un espacio de todos, un espacio público, un espacio de los ciudadanos”.
Y agrega: “Yo creo que de lo único que deberíamos preocuparnos es que no sea un espacio blindando o bardeado para proteger a un ciudadano, porque es un espacio para todos, de la ciudadanía”.
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En el recorrido que hizo EL UNIVERSAL el jueves pasado para levantar imágenes del Zócalo capitalino, en tres ocasiones los policías que vigilan la zona se acercaron para preguntar acerca de las cámaras.
Uno de ellos preguntó la razón para grabar a las personas, y señaló si se realizarían entrevistas con los peatones. También pidieron nombres del reportero y camarógrafo y el medio de comunicación.
Al grabar imágenes en Madero, una calle aledaña a la plancha del Zócalo y una de las más transitadas por los peatones, un policía hizo los mismos cuestionamientos.
Lo señalado por Miquel Adriá se presentó ayer, ya que la Plaza de la Constitución fue bardeada del lado de Palacio Nacional y de la Catedral Metropolitana, debido a que se llevará a cabo “La marcha por la democracia”, convocada el día de mañana por la oposición política.
Aunque la administración encabezada por Martí Batres informó que en meses siguientes se modificará el Zócalo con una inversión de 50 millones pesos, no es la primera vez que se proponen proyectos para modificar el espacio.
Distintos proyectos propuestos en diferentes momentos por arquitectos como Luis Barragán, Alberto Kalach, Cecilia Cortés y Ernesto Betancourt ya proponían una mejora del Zócalo y la integración de las calles circundantes como espacios peatonales.
El secretario de Obras y Servicios, Jesús Esteva Medina, informó el 22 de enero en conferencia que se ha avanzado en los levantamientos topográficos y en el desarrollo del proyecto ejecutivo.
Para el arquitecto Felipe Leal, es necesario conocer a detalle el proyecto ejecutivo, ya que surge una serie de dudas sobre la intervención del lugar.
Leal indica que hay que pensar en la movilidad y llegada de los automóviles, el transporte público que llega al Centro Histórico y en otros factores más, como los sitios para estacionar autos y bicicletas.
El también miembro de El Colegio Nacional coincide con Miquel Adriá en conservar la plancha del Zócalo capitalino como un sitio “duro” o “hueco”, ya que, por su vocación política e histórica, tiene la finalidad de concentrar a los ciudadanos para expresarse.
“Por su vocación, la plaza del Zócalo tiene la vocación de concentraciones de todo tipo, desde mítines políticos, manifestaciones, ferias del libro, de arte, conciertos, exposiciones, así ha funcionado y desde ahí podemos concebir el entorno”, señala Leal.
Otra discusión que ha surgido es si la plancha del Zócalo debe contar con mobiliario para sentarse o árboles para hacer sombra, esto último por las temperaturas elevadas que se han presentado en los últimos años.
Leal expresa que sí es necesario pensar en la reforestación de la Ciudad de México, pero el Zócalo debe conservarse vacío para cumplir con su finalidad de congregar personas y ser un sitio de intercambio de ideas y pensamientos.
“La peatonalización es una tendencia universal, es necesario darle más espacio al peatón. Pero es necesario mantener la plancha del Zócalo como una plaza pública. Si se instala mobiliario urbano permanente, éste podría ser dañado en una manifestación, lo ideal es colocar mobiliario que se pueda mover con facilidad”, indica Leal.
Miquel Adriá y Felipe Leal concluyen que no se puede pensar en un plan a largo plazo o proyecto definitivo para el Zócalo, ya que es un espacio vivo que cambia constantemente por las tendencias políticas y de la sociedad.
“Es el espacio donde la sociedad puede discutir la política y donde puede acceder a eventos culturales o recreativos, por lo tanto tiene que ser un espacio disponible para todos los ciudadanos”, indica Adriá.
“En el Zócalo intervienen intereses de diferentes instancias; es necesario pensar en una plaza amable para que se disfrute como habitante o turista”, agrega Leal.
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