El año pasado, por primera vez en su historia, el Festival Internacional Cervantino se llevó a cabo en formato virtual. El anuncio de la cancelación de sus actividades presenciales lo dieron prácticamente en el último minuto, pese a que los indicadores de contagio y a que la propia Secretaría de Salud de Guanajuato pronosticaban que no había condiciones para realizarlo. Los organizadores, ante las dificultades derivadas de la pandemia de coronavirus, determinaron que no habría invitados de honor y que para la edición número 49, que será de 13 al 31 de octubre de 2021, Cuba y Coahuila serán el país y el estado invitado, respectivamente. Nos cuentan que si bien faltan seis meses, ya se está trabajando en un formato híbrido , es decir, con actividades presenciales y en línea. El factor vacuna , así como la caída en los contagios, permiten, por ahora, el optimismo.
Tratan a los artistas como los “bartolos” de la Cultura
La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y la Procuraduría Social lanzaron la convocatoria “Intervenciones artísticas enfocadas a las artes plásticas en unidades habitacionales de la Ciudad de México”. Y esto fue lo que los artistas interpretaron de las bases y premios: “Miren, artistas, ahí les dejo unos cuantos pesos, pagan los materiales, la mano de obra y la creación. De lo que sobre, cojan de ahí para su gasto, guarden el resto para echarnos un alipús”. Y pues sí, como la Bartola, los artistas mandan decir, a través de un comunicado firmado por colectivos como Muralismo Mexicano, Movimiento Internacional de Muralistas y Movimiento Muralistas Mexicanos , que con los centavos que ofrecen nomás no va a alcanzar para hacer los 190 murales de 100 metros cuadrados que pretenden. Y es que a 90 se ofrecerán 74 mil 400 pesos cada uno, pero dicen los creadores que “a duras penas alcanzará para los materiales”; 100 murales serán premiados con 5 mil pesos cada uno, pero “sólo servirán para comprar una cubeta de pintura de calidad media”, y ni hablar de las esculturas porque con esos montos no saldrá ni para hacerlos de cartón. Así que llaman a los convocantes a “reestructurar esta abominación de convocatoria”.