Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición “Fuerza y corazón por México” (integrada por los partidos PAN, PRI y PRD), ha planteado un decálogo de propuestas culturales bajo la guía de Consuelo Sáizar, coordinadora de la Mesa de Cultura de su campaña y quien tiene una larga trayectoria como funcionaria cultural, pues ha sido Directora del Fondo de Cultura Económica (FCE), de 2002 a 2009, y Presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), de 2009 a 2012.
Entre sus propuestas se encuentran desde el clásico aumento al presupuesto de la Secretaría de Cultura, la redundante idea de construir más infraestructura cultural en el Bosque de Chapultepec (sin mirar a otros lados del país), la necesaria seguridad social para trabajadores del arte y la cultura, así como la novedad de crear escuelas para guías de turistas.
A un mes de los comicios, los especialistas y miembros de la comunidad cultural, Adriana Malvido, periodista y escritora; María Minera, crítica de arte e investigadora; Eduardo Cruz Vázquez, gestor cultural y diplomático, y Gerardo Ochoa Sandy, periodista y exagregado cultural de México, comparten su evaluación, análisis y opinión de las propuestas que hace Gálvez para el sector.
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Antes de detallar su análisis, Gerardo Ochoa Sandy comparte una perspectiva general sobre cómo está el terreno de las propuestas de los candidatos en materia cultural:
“Xóchitl Gálvez fijó la agenda del debate cultural a partir de la presentación de su decálogo de propuestas. Al hacerlo obligó a Morena y a Movimiento Ciudadano a acelerar consultas y fijar posturas, aún no con la contundencia del decálogo. Eso causó expectativa en el sector cultural. El decálogo fue una lista de prioridades con las que no se puede estar en desacuerdo, menos aún luego de seis años de 4T cultural”.
Lo malo
Para María Minera, lo que es un “tache rotundo” en las propuestas de Xóchitl Gálvez es la idea de construir más teatros en el Bosque de Chapultepec. El decálogo fue actualizado y ya no se contempla esa idea sobre Chapultepec, sin embargo, en el sitio web de la candidata sigue el tema vigente sobre “la construcción de un conjunto artístico en el actual Centro Cultural del Bosque en la Ciudad de México con diez teatros de distinto tamaño, salas de ensayo y una sala de conciertos”.
“¡No lo puedo creer! Perdón pero aquí sí lo tengo que decir, es la clásica cosa que hizo Consuelo Sáizar cuando fue presidenta de Conaculta: gastar todo en la Ciudad de México, igual que hizo Alejandra Frausto en todo este sexenio”, dice Minera.
Para la crítica de arte esta propuesta deja ver que sigue sin dimensionarse que Secretaría de Cultura debe atender a nivel federal y que llevar cultura a otros estados del país ayudaría a combatir la inseguridad. “Lo que hay que voltear a ver es a los estados, lugares donde además, con los niveles de violencia que tenemos, hay que invertir. El programa general de Xóchitl dice ‘Vivir sin miedo’, pues eso es cambiar la realidad de mucha gente que no tiene acercamiento a la cultura y el arte. Entonces, para mí, esta propuesta es absolutamente demagógica y si Xóchitl gana, va a ser lo de siempre”.
Otro punto demagógico que identifica Minera es la propuesta de mil millones de pesos cada año para 2 mil 447 municipios y las 2 mil 96 casas de cultura. Si bien esta propuesta está justo pensada bajo la línea de descentralizar la cultura, la especialista señala que basta con sacar la calculadora para ver que no es suficiente:
“Le tocaría 220 mil 118 pesos para cada municipio anuales, es decir, 18 mil 343 pesos al mes, ¿para qué alcanza con eso? Suena muy bien, pero no es nada”.
La propuesta de crear nuevos estímulos fiscales del formato de Efiartes tampoco agrada a la crítica de arte, pues considera que se ha demostrado que es un proceso burocrático que obstaculiza el financiamiento del arte.
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“Creo que es un formato que no funciona por como está planteado. Lo que yo creo es que hay que dar más dinero para la producción de arte, punto, darlo directo. El gobierno tiene que cumplir con el compromiso, que además está firmado ante organizaciones internacionales, de dar el 1% del Producto Interno Bruto a la Cultura, esto nunca ha ocurrido y en este tipo de planes parece que tampoco va a ocurrir. Lo que hacen es recurrir a gente que paga sus impuestos para que apoyen las artes, ese dinero de todos modos iba a entrar a Hacienda, entonces por qué no mejor dedican más dinero y no involucran una serie de procesos de selección complicados, oscuros, apoyan a muy pocos proyectos, la bolsa final no se gasta por completo, al final los artistas tienen que hacer malabares para llenar las formas… no hay que enredarse quesque jugando a que hay mecenas entre los contribuyentes”, argumenta.
Por su parte, Eduardo Cruz Vázquez considera que no se pueden apreciar defectos en las propuestas de campaña de Gálvez porque todo lo que está ahí es algo que se necesita. Sin embargo, identifica un descuido: la falta de visión de sector.
“Las propuestas no están articuladas desde una visión de sector cultural. A mí me hubiera gustado que el decálogo hubiera estado integrado desde una visión de sector, desde lo público, lo social y lo privado”, asegura el especialista.
Quien sí identifica un faltante grave es Adriana Malvido, quien cuestiona la ausencia de alguna propuesta que refleje la vinculación entre la cultura y el medio ambiente. “Ya no podemos separarlos y no está”, afirma.
Lo regular
Adriana Malvido, quien también es columnista de este diario, dice que nadie se puede oponer a propuestas como aumentar el presupuesto, dar más becas y más fondos para cultura en otros estados. Lo cuestionable para la periodista cultural es la forma en que se publicitan: “El mayor presupuesto de la historia”, “otorgamiento del mayor número de becas en la historia” y “mil millones de pesos cada año”.
“Un decálogo siempre corre el riesgo de ser una lista de asuntos que se repiten o son buenos deseos. En lo general, ¿quién va a estar en contra de estas propuestas? A mí lo que me hacen ruido es cuando dicen “el mayor presupuesto de la historia”. Está muy bien, pero cómo se va a lograr. El “cómo” falta aquí”, dice la escritora.
Al cuestionar si la campaña ha fallado en comunicar los “cómos”, Malvido dice que más bien “se ha hablado poco de esto. Es una lista de buenos deseos, pero yo le preguntaría a Consuelo Sáizar cómo le van a hacer para conseguirlos”.
Quien también identifica la falta de información sobre cómo se cumplirían las propuestas, en caso de que ganase Xóchitl Gálvez, es María Minera, quien observa esa laguna principalmente en la propuesta de educación artística y la construcción de nuevas escuelas y universidades: “Son propuestas vagas, no es suficiente. Hacer escuelas está bien, pero no dicen dónde ni cómo y yo no sé si eso va a saldar la deuda profunda en educación artística que tiene este país”.
La creación de universidades es otro punto cuestionable para Malvido, así como el de la construcción de más infraestructura en la Ciudad de México porque “es como si partiéramos de cero. Ya hay un Cenart, una ENAH que están en la inanición, ¿por qué no rescatar estos espacios? Esa infraestructura ya está, le urge una rehabilitación y una inyección de fortaleza. ¿Por qué no rescatar esos espacios? No se tiene que inventar el hilo negro ni crear nuevos espacios, sino rescatar lo que existe”, afirma.
Por su parte, Gerardo Ochoa Sandy destaca que se haya sumado al decálogo de Xóchitl Gálvez la idea de un programa nacional de archivos, digitalización y catálogo del patrimonio cultural de la mediateca, fonoteca, fototeca, cineteca, bibliotecas, librerías, archivos y cultura digital, aunque considera que es un proyecto ambicioso: “El planteamiento entremezcla demasiados aspectos y conceptos y un proyecto así ameritaría al menos un cuarto de siglo, lo cual por supuesto no excluye que deba plantearse de una buena vez”.
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Lo bueno
Pese a todo, los analistas identifican propuestas positivas. María Minera aplaude que se insista con la seguridad social para trabajadores del arte y la cultura, porque es algo que la comunidad lleva mucho tiempo pidiendo y en el gobierno actual se intentó un poco explorar la posibilidad, pero no hubo éxito.
También apoya la idea de dar más becas y pide que el Sistema Nacional de Creadores crezca para volverse un verdadero sistema nacional. “Si es que Xóchitl gana, espero esto sí se cumpla y se revierta el estancamiento que hay ahorita en los apoyos a la cultura”, afirma.
Con respecto a los estímulos fiscales, Gerardo Ochoa Sandy destaca “que dentro de la “Política de estímulos fiscales” se incorporen las MYPYMES culturales principalmente en donde exista más pobreza y desigualdad”.
Eduardo Cruz Vázquez y Adriana Malvido celebran la propuesta de trabajar un proyecto de diplomacia cultural en el extranjero.
“Me parece relevante que se tiene que restituir la dignidad del trabajo de la diplomacia cultural y de la cooperación internacional. Es muy importante que la Cancillería recobre el brío, la presencia internacional y el papel interlocutor, y el peso de Estado de una diplomacia cultural que vaya más allá de exposiciones de culturas prehispánicas. Tiene que ser una visión más amplia, actualizada”, declara Cruz Vázquez.
“Me parece importante la independencia de la línea editorial de los medios públicos de radio y televisión. Es un buen deseo que, gane quien gane, sea un punto para reconsiderar porque los medios público dejaron de ser públicos para ser medios del partido en el poder”, agrega Malvido.