Nos cuentan que el pasado 22 de febrero, tras el anuncio público de que Estados Unidos será el invitado internacional de la edición 51 del Festival Internacional Cervantino (FIC), Mariana Aymerich regañó a su equipo, algo que quizá sería aceptable de no haber sucedido frente a funcionarios nacionales e internacionales y un par de medios de comunicación que se dieron cita en el evento. También sabemos que en la organización hubo frustración porque, pese a la presencia de Ken Salazar, el embajador de los Estados Unidos en México, fueron pocos los medios que publicaron algo sobre el evento y algunos ni siquiera le dedicaron un párrafo al anuncio.
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No sabemos si las pocas menciones se deban a no haber manejado información verdaderamente relevante en la rueda de prensa o a que los colegas les están respondiendo a Aymerich y compañía por los malos tratos que ocurrieron el año pasado en el FIC. Además de los malos modos que salieron a relucir el día de la conferencia contra el equipo de organizadores, parece que, tras la salida de Pablo Raphael como director de Promoción y Festivales Culturales, no hay recontrataciones prometidas y a los que quedaron se les bajó el sueldo. El equipo que hace posible “el festival más importante del mundo” (así es como fue descrito el FIC durante la rueda de prensa) se las está viendo color de hormiga sin un buen ambiente de trabajo, con poco dinero y nuevas condiciones que tampoco son garantía de nada. Habrá que ver si con la presión que tendrá Aymerich ahora que debe responsabilizarse de dos áreas no termina haciéndole la vida más difícil al equipo del Cervantino. (Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com)