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El espejo de agua del Muro Amarillo , obra del escultor Mathias Goeritz construido en la Unidad habitacional Adolfo López Mateos, en Tlanepantla, en 1964, está en riesgo de ser demolido, según vecinos. El INBAL ha informado a la presidencia municipal que la eventual intervención es "inviable" y llama a no continuar con el proyecto.
Hace tres meses, cuenta María Esther Trejo, presidenta del Consejo de Participación Ciudadana (COPACI), órgano auxiliar del gobierno municipal, comenzó a circular la versión de que un grupo vecinal pretendía poner en el espejo de agua bancas para adultos mayores; versión que siguió circulando en el municipio durante semanas.
Este miércoles, dice Trejo, recibió una llamada del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) para dialogar sobre la eventual alteración a la obra.
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"Me llamaron para contarme que habían recibido una denuncia de vecinos sobre la intención de algunas personas para alterar el espejo de agua. Me dijeron que le habían enviado un correo electrónico al presidente municipal, Raciel Pérez Cruz, para externar su preocupación. La arquitecta Elena Gutiérrez Medina, subdirectora de Proyectos y Obras de la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del INBAL, me dijo que le habían dado las gracias por estar pendientes y que iban a tomar nota", explica Trejo.
De acuerdo con Trejo, el INBAL envió un segundo mensaje a la presidencia municipal, con carácter de "extra urgente", para advertir que era inviable intervenir la obra de Goeritz.
"El 8 de noviembre enviaron otro correo extra urgente a Pérez Cruz para dar seguimiento a la preocupación vecinal, así como del propio INBAL, respecto a la eventual pretensión de intervención física para la demolición del espejo de agua, denominado Muro amarillo. Y se subrayó que dicha intervención no es viable por formar parte de la obra conceptual plástica original", dice.
El COPACI, añade Trejo, no tenía conocimiento de dicha intención. "Nosotros, como COPACI, no sabíamos nada del asunto, pero algunos vecinos me dijeron que habían visto a personas tomando medidas en el muro, otros más me preguntaron qué estábamos haciendo para evitar la demolición. Para tener respuestas me puse en contacto con diversos funcionarios del ayuntamiento, nadie me contestó, excepto el particular del subsecretario de gobierno, le expliqué, me dijo que averiguaría. En una segunda llamada él me comentó que las áreas responsables no tenían conocimiento del tema", detalla.
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Por ello, agrega, informó a los colonos, a través de un comunicado en la cuenta de Facebook del COPACI, que se envió un oficio al Presidente Municipal de Tlalnepantla de Baz, Raciel Pérez Cruz, para manifestar su "total oposición a la presunta demolición".
Y para advertir que estarán atentos "a la pronta respuesta oficial del gobierno a fin de aclarar esta situación, en donde la ciudadanía jamás fue consultada". Sin embargo, indica, la preocupación sigue latente en tanto la presidencia municipal no emita un comunicado oficial.
EL UNIVERSAL buscó al INBAL para conocer su postura, pero no se ha obtenido respuesta.
El Muro amarillo fue diseñado con fines estéticos y como un muro rompevientos que protege los edificios de dicha unidad habitacional. Tiene un espejo de agua, fuente y faros sumergibles que producen reflejos en el muro. Mide 20 metros de altura y 90 metros de lago; se localiza en la plaza cívica de la primera unidad habitacional de interés social del país, inaugurada por el presidente López Mateos.
La obra fue rehabilitada en 2018, cuando el gobierno de Tlalnepantla invirtió 2.6 millones luego de gestiones de habitantes de la unidad Adolfo López Mateos, quienes denunciaron el mal estado en que se encontraba.
fjb