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GUADALAJARA, JAL.- Una ausencia de solemnidad y límites, a cambio altas dosis de frescura y novedad con caminos distintos y estructuras nuevas, expresan las nuevas voces de la literatura hispanoamericana, tal como lo afirmaron la argentina Claudia Piñeiro, el español Miguel Ángel Oeste, la peruana Teresa Ruiz Rosas y la mexicana Ana García Bergua, en la mesa “Nuevas miradas para la literatura en español”, que cerró la segunda jornada de actividades de la V Bienal Mario Vargas Llosa, que desde el jueves se realiza en esta ciudad.
Claudia Piñeiro y Ana García Bergua cuestionaron esa clasificación de literatura femenina, porque no se habla de una literatura masculina. Y en ese sentido hablaron de las nuevas voces, aunque citaron más nombres de escritoras mujeres que están haciendo una literatura inclasificable.
“Yo he encontrado algunos autores jóvenes que por ahora son incatalogables y eso me gusta, pienso en una autora que se llama Daniela Tarazona, que ahora vive en Madrid y que escribe sobre la locura, su literatura es absolutamente subjetiva y compleja; otra autora, Claudina Domingo, que escribe una novela de sueños con la lógica con retorno casi al surrealismo y a las narrativas oníricas; pienso en Jorge Comensal, es divulgador científico y en sus novelas aparece”, dijo Bergua.
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Quien agregó que son autores “que no sé en qué cajón van a ir a parar sus novelas, me alegra que ahora no están en ninguno. Eso es muy esperanzador, no creo que esto es la novedad, o que siempre bordamos sobre los grandes temas, pero siempre hay una mirada que siempre es insustituible y es nueva. Eso es todo, ayudarnos a ver desde otro lado las cosas, eso a mí me da mucha esperanza, se me ocurrieron esos autores inclasificables”.
Por su parte, Piñeiro citó a escritoras como Dolores Reyes, Belén López Peiró, esta última, autora de un libro “súper potente” que se llama “Por qué volvías cada verano”, de dijo, es una historia bastante autobiográfica de un abuso de una niña joven que volvía al lugar de su tío cada verano porque la mandaban sus padres, “y entonces está el expediente judicial y en algún punto su novela tiene una resonancia con la de Cristina (Rivera Garza), esta cosa del expediente judicial y la frialdad en la pregunta ¿por qué volvías cada verano? Como si ella hubiera podido determinarlo, esa novela que escribió es de una potencia tremenda”.
La autora de “Tuya” y “El tiempo de las moscas”, coincidió con Ana Bergua en la certeza de que “no sabemos cómo van a terminar estos autores, estas autoras, pero sí debemos poner un foco y ver qué es lo que están produciendo porque por ahí se van abriendo caminos diferentes, incluso nosotros estamos mirando distinto al mundo como empezamos siendo, pero hay algo de la distancia general que hay miradas que a mí me ayudan a aprender, yo aprendo leyendo para atrás, pero también aprendo leyendo para delante y me parece que muchos de estos autores, tienen la cosa de no ser catalogados. Tal vez es una libertad que nosotros no nos permitíamos, no solamente en el tema, sino en la estructura, en el lenguaje que usan”.
Piñeiro también citó al escritor argentino Hernán Ronsino, para señalar que hay muchos varones escribiendo, “hablamos mucho de las cosas que escribimos las mujeres en este nuevo mundo, pero hay muchos hombres escribiendo en este nuevo mundo con distintas reglas y se notan en su literatura, me parece que Hernán Ronsino o Miguel Ángel Oeste, sobre todo en “Vengo de este miedo”, son voces masculinas escribiendo en un mundo diferente”.
Justo Oeste, aseguró que él lee a muchos de sus contemporáneos porque están ayudando a ver desde otro lado las cosas. Citó a autoras como Laura Carneros, Laura Ferrero, Bárbara Blasco, que consideran la literatura y escritura como esos espacios donde los miedos y la violencia latentes que se plantean de cualquier ser humano y por tanto de cualquier estado y de cualquier país, “son historias que también apelan a esa pregunta universal de ¿quiénes somos’, el gran tema del siglo XXI que es el tema de la identidad. Ahí están también Brenda Navarro, Sara Mesa, que qizás son voces que han brotado y son autoras fundamentales que de una forma consciente voy absorbiendo”.
Dijo además que también él lucha un poco contra la “certeza” de un mundo bastante hostil y feo, “creo que la literatura tiene eso y son voces desprejuiciadas, que difuminan la frontera y si las fronteras son como las cicatrices de la historia estas nuevas voces las han borrado y creo que eso es un valor de sí mismo, cada una tiene su estilo y tiene su voz, yo no creo que se puede hablar de generación, eso lo hacen los teóricos y académicos, yo creo que cada escritor cada escritora tiene su propia voz su propia mirada según haya sido su vida y su lecturas, pues se reflejara en lo que escriben”.
Por su parte, Teresa Ruiz Rosas destacó la lectura que hace de poeta y de escritores que revisitan la historia. “He leído más poesía y me ha gustado mucho, un poeta que releo bastante de los jóvenes peruanos Paul Forsyth, me ha enriquecido mucho su forma casi barroca de escribir y al mismo tiempo temas uy presentes en las inquietudes de los jóvenes”.
Citó además, otra tendencia, una mirada potente y extensa a la historia, “se ha revisitado la historia, se ha reescrito ficciones de temas ya conocidos, pero con una investigación mucho más exhaustiva porque se tiene además más libros de historia que permiten esa investigación. Ya han salido de ahí obras monumentales, nuevas, que da igual la edad de los autores, uno es Omar Aramayo, con ‘Los Túpac amaro’, para entender una serie de procesos históricos, otro es ‘El espía inca’, de Rafael Dumett, son nuevas miradas a la historia”, dijo.
Hoy arranca la tercera jornada de la Bienal Mario Vargas Llosa, donde se analizarán temas como “La guerra y la guerrilla: Europa y América en el espejo” y “Dictadores de novela, guerras de papel”, con las participaciones de Giovanna Pollarolo, Carlos Granés y Raúl Tola, Rosa María Palacios, Michi Strausfeld, Fernando Iwasaki, David Unger y Álvaro Vargas Llosa.