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La Fiesta Grande de Tarija, en Bolivia; el canto y la poesía de “El Pasillo” en Ecuador; las festividades panameñas del Corpus Christi; la cerámica del pueblo awajún en Perú y las celebraciones en torno a San Juan Bautista en Venezuela son ya Patrimonio Inmaterial de la Unesco.
Así se declaró ayer en la decimosexta reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de ese organismo, que revisó otras 45 candidaturas de los cinco continentes.
Una de ellas, también aceptada en la reunión, es la presentada por 24 países de Asia, África y Europa, sobre el arte de la cetrería.
La lista del organismo busca dar visibilidad a tradiciones y conocimientos de las comunidades y, con las nuevas inscripciones de estos días, contará con algo más de 500 integrantes.
Sobre la selección
La Fiesta Grande de Tarija tiene lugar en la ciudad del mismo nombre, en Bolivia, y se celebra cada año en agosto y septiembre con procesiones religiosas, festivales de música, bailes, competiciones y fuegos artificiales en honor de San Roque.
En Educador, “El Pasillo” es un género musical y bailable que hizo su aparición en el siglo XIX, en la época de las guerras de independencia sudamericanas, como resultado de una fusión entre diversas músicas indígenas, como el yaraví, y europeas, en particular el vals, el minué y el bolero español. Para los ecuatorianos, este elemento del patrimonio cultural inmaterial se ha convertido en una forma de expresión colectiva que constituye un signo de su identidad y un vínculo de unión con su patria.
Las Fiestas del Corpus Christi en Panamá fusionas las celebraciones religiosas de la Iglesia Católica con festejos y prácticas culturales populares, como representaciones teatrales, músicas, danzas populares y comparsas de gente disfrazada con máscaras y vestidos de colores abigarrados.
En Perú, el pueblo awajún considera que el arte de la alfarería es un paradigma de su relación con la naturaleza, que es la inspiración para las formas geométricas de su milenaria cerámica que también ha empoderado a las mujeres que la fabrican.
Y en Venezuela, las prácticas y conocimientos culturales vinculados al ciclo de celebraciones en honor de San Juan Bautista datan del siglo XVIII, y se originaron en las comunidades afrovenezolanas esclavizadas por las colonias españolas. Para los sanjuaneros es un símbolo de resistencia cultural y de libertad.
50 CANDIDATURAS de los cinco continentes revisó el Comité de la Unesco.