Cinco de las piezas tempranas y que menos difusión han tenido del narrador, ensayista, dramaturgo y crítico de arte las obras de teatro "El canto de los grillos", "Sombras ", "Doce y una, trece", "Catálogo razonado " y el guión cinematográfico de "Tajimara", adaptación de su cuento homónimo que dirigió Juan José Gurrola en 1965 como parte del díptico "Los bienamados ", están siendo recuperadas y reeditadas por el sello editorial independiente Odradek, que dirige el poeta Alfonso D´Aquino y que desde 2021 empezó —con la publicación de "Sombras "— el proyecto.

Para , escritor, historiador del arte y estudioso de la cultura de la década de 1960 en México, la obra de García Ponce, que en su momento ganó algunos de los máximos premios a los que podía aspirar un escritor mexicano y latinoamericano —el Anagrama de Ensayo, la Beca Guggenheim, el FIL—, hoy no tiene el lugar que le correspondía: “Era una figura emblemática de una época larga y marcada en el quehacer cultural mexicano, se volvió un autor muy referido, muy querido, empezando desde el gran auge que tuvo en los 60”.

Después hubo, lamenta, una especie de desvanecimiento en el que, “si bien queda en los anales de la historia literaria del siglo XX mexicano, ya no es leído; digamos que se vuelve una referencia académica, pero no sabemos dónde están esos lectores. Por eso es interesante la aparición de estas reediciones que no es históricamente, en ninguna época, el García Ponce más leído, ello le da importancia a esta nueva luz que arroja Odradek. García Ponce es un autor que hay que leer desde otra luz”.

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Es importante destacar también que el 27 de diciembre de 2023 se cumplieron 20 años del deceso del autor de "Crónica de la intervención", y que, salvo algunas menciones institucionales hechas en redes sociales, no hubo grandes homenajes o eventos públicos en su memoria; una suerte con la que otros escritores de su generación, como Salvador Elizondo, sí han contado.

“A pesar de todo ese legado, García Ponce ha sido siempre un autor de minorías y de ‘complicidades’, como han señalado algunos críticos. Por lo demás, él siempre se interesó en llevar su literatura y su búsqueda en los autores que le interesaban hasta un límite que no necesariamente gusta de ser celebrado a nivel oficial. Y si bien en vida recibió todos los premios posibles, ahora no podemos esperar una mayor proyección pública para un autor que en realidad nunca la buscó y que no fue nunca un autor oficial como para que ahora lo conviertan en eso. Y por lo que toca al medio literario al que perteneció y al de las artes plásticas en el que tanto incidió con sus agudas apreciaciones, esos dos medios, a estas alturas, lo tienen prácticamente olvidado”, explica D´Aquino.

María Luisa Herrera, quien durante 13 años fue asistente de García Ponce, dice que esta especie de desvanecimiento es difícil en varios sentidos. Cuenta que años después de que se le diagnosticó esclerosis múltiple, a los 35 años y hasta su muerte, en 2003, la enfermedad lo fue desgastando de forma paulatina hasta la parálisis casi total y ya no pudo tener una interacción pública plena, sino que hubo cierto alejamiento de los reflectores, aunque nunca dejó de escribir. “Esa falta de contacto mermó el conocimiento directo de su obra por parte de la gente común. Los últimos 10 años de su vida, las editoriales estuvieron muy pendientes de Juan y reeditaron muchos de sus libros. Al final, el Fondo de Cultura Económica (FCE) le dijo que si podían editar sus obras completas, aunque después publicó sólo la narrativa, que salió en seis volúmenes. Aún se reeditan cosas, lo que más vende son libros como 'El gato' e 'Inmaculada o los placeres de la inocencia', obras claramente eróticas, pero es muy cierto que hay un hueco”.

Foto: Del Libro "Tajimara" (Guión)
Foto: Del Libro "Tajimara" (Guión)

Para llenar este hueco —continúa Herrera— el trabajo de Odradek ha sido extraordinario: “Son los únicos que muestran interés en recuperar su legado. Hay que subrayar que han publicado sus primeras obras, que un tiempo estuvieron relegadas, aún en vida del propio Juan y publicarlas ahora es una cuestión esencial y valiosa”.

Dice que reeditar, por ejemplo, "El canto de los grillos", es relevante porque no se trata sólo de su primer libro, escrito a los 22 años, y no es sólo el hecho de abandonar relativamente pronto un género, el teatro, para volcarse casi por completo a la novela y el ensayo: “Es, al contrario, una obra muy valiosa, en tanto que lo dio a conocer y le abrió las puertas para que él pudiera desarrollarse después en otros ámbitos”.

Pero el trabajo de recuperación no ha sido sencillo. D´Aquino explica: “Hace unos años, cuando propusimos la publicación, en un volumen, de las obras de teatro de García Ponce a las distintas instancias editoriales a las que les correspondería haberlo publicado (como por ejemplo el FCE, la Universidad Veracruzana y la misma UNAM), nos topamos no sólo con el rechazo solapado, sino incluso con la indiferencia más vergonzosa, y aun entre algunos de los allegados de García Ponce, a quienes recurrimos en busca de apoyo para que nos hicieran caso en dichas instituciones, no encontramos más que una sorprendente cerrazón. Ante ese rechazo, decidimos abrir Ediciones Odradek precisamente para dar salida tanto a esos libros que teníamos rezagados, como a varios otros que hubiera sido imposible publicar de otro modo”.

Foto: Del Libro "Tajimara" (Guión)
Foto: Del Libro "Tajimara" (Guión)
Foto: Del Libro "Tajimara" (Guión)
Foto: Del Libro "Tajimara" (Guión)

En sus palabras, dado que imprimir un volumen de casi 400 páginas era inasequible para quienes hacen posible Odradek, se decidió publicar cada una de las obras de teatro en volúmenes individuales dándole a cada una tanto un aparato crítico como gráfico que incluye, en cada caso, un prólogo que sitúa y valora cada obra y una serie de textos escritos en su momento por distintas personalidades del medio literario o teatral; así como una selección de fotografías de las representaciones, notas periodísticas, reproducciones de los programas de mano, etc.

“Todo esto actualiza la manera de presentar estas obras, añadiéndoles un atractivo para el nuevo público, al que no se le da únicamente la simple pieza teatral sino todo lo que hubo alrededor y lo que se puede decir en este momento acerca de cada una de ellas. Y esto es algo que ninguna de aquellas instancias que rechazaron estas obras hubiera podido hacer”.

Uno de los libros más interesantes del proyecto es el guión de Tajimara, “pieza clave tanto en la obra narrativa de García Ponce, como también en la historia del cine nacional, aunque no deje de tenerse en el olvido. Este guión, escrito en colaboración con Juan José Gurrola a partir de un cuento de García Ponce, fue publicado en la revista Cuadernos del viento un par de años después del estreno de la emblemática película, y al igual que las obras de teatro, permanecía prácticamente olvidado. Y al igual que a esas obras, en nuestra edición, lo complementamos con una selección de fotografías de la filmación, fotogramas, notas periodísticas, además de los comentarios que los mismos autores escribieron acerca de la película, entre otros materiales”.

Otra pieza clave es la recuperación de la serie de programas "El mundo de la novela", que García Ponce hizo a mediados de los años 70 para Radio UNAM: “Escritor obsesivo, García Ponce una y otra vez volvió sobre los mismos temas y autores; de modo que estos programas son una versión oral, improvisada, de esas obsesiones y no deben confundirse con los ensayos propiamente dichos sobre esos mismos temas. Hace un tiempo, su hija Mercedes nos contaba lo siguiente: 'Yo nunca había oído esos programas. Comentaba con mi madre desde el programa anterior que es increíble pensar que mi padre los grababa sin ninguna nota escrita. Antes de que lo grabaran se pasaba un tiempo pensando sobre lo que iba a decir y ya… Para los programas venía un señor de Radio Universidad a la casa a grabar y mi padre simplemente hablaba al micrófono.' Por lo demás, estos programas revisten para mí una particular importancia ya que fueron mi primer acercamiento en aquellos años a la figura de García Ponce y a todo lo que él representa. Cerca de treinta años después, con la ayuda de Marco Antonio Cuevas, rastreando en las bodegas de Radio UNAM, pudimos obtener una copia de la mayoría de las cintas magnetofónicas en las que están grabados dichos programas. Recuperamos cerca de setenta, de los cuales hasta ahora hemos publicado veinte, algunos acerca de los autores favoritos de García Ponce, como Cesare Pavese o Thomas Mann, y otros que resulta sorprendente encontrar en estas grabaciones, como Malcolm Lowry, Georges Bataille, Robert Walser o Nathanael West, entre otros. Para nuestra edición de estos programas como cuadernos digitales en la página de Ediciones Odradek en Facebook tomamos como título de la serie el de un ensayo posterior a ellos que forma parte de 'Las huellas de la voz': 'La voz de la novela', que a su vez hace eco de ese primer encuentro que tuve en mi adolescencia con García Ponce a través precisamente de su voz en dichos programas. En ellos, además del audio, que muchas veces tiene fallas de origen, añadimos la transcripción literal y una serie de fotografías del autor aludido, así como una bibliografía visual de sus obras. Todo esto no sólo con el fin de complementar el audio, que ya de por sí es admirable y obviamente tiene un innegable valor documental, sino para atraer de este modo al nuevo público lector, tanto a la figura de García Ponce como a la obra de algunos de los más importantes escritores del siglo XX. Es decir, que estos programas en su aparente inmediatez son una puerta de entrada a la gran literatura. Y no deja de llamar la atención que haya gente joven que está empezando a interesarse en ellos y en los autores de los que habla García Ponce”.

Escoto concluye que una forma de acercarse hoy a "La errancia sin fin: Musil, Borges, Klossowski" es viéndolo como un autor en el que la literatura dialoga con otras artes. Es una posible perspectiva, otra es, afirma, “desmenuzar esta mirada muy masculina, cuestionar ese papel de hombre poderoso. Una perspectiva de género importante. La experiencia de leer teatro tampoco es mayoritaria en lo editorial”.

Algunas de las huellas recientes que pueden rastrearse de Juan García Ponce están en el homenaje que se le hizo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en 2002, cuando cumplió 70 años; en el impacto público que tuvo un año antes al ganar el Premio FIL; en el elogio de novelistas de generaciones más recientes como Jorge Volpi, en sus inicios, y Eduardo Montagner Anguiano, y en la revisión histórica de la exposición "Desafío a la estabilidad", que se hizo en el MUAC —recordada por Escoto—, que lanzó preguntas sobre la cultura en México de los años 50 y 60, y en la cual García Ponce es partícipe como literato y guionista que estaba en el Comité Olímpico, desde una “poliangularidad interesante más allá de lo literario”.

Foto: Del Libro "Tajimara" (Guión)
Foto: Del Libro "Tajimara" (Guión)

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