La orden presidencial de crear la unidad administrativa denominada “”, que tendrá la misión de supervisar todo lo que tenga que ver con el inmueble catalogado como Monumento Histórico, es cuestionada por varios especialistas, quienes consideran el hecho como “un retroceso” hacia más burocracia y una acción incongruente, pues se da en medio de la pandemia de Covid-19 y también, de un discurso de austeridad.

El presidente Andrés Manuel López Obrador envió un anteproyecto a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), en el que ordena a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público crear una nueva plaza: la de Gobernador de Palacio Nacional.

El primer mandatario designará al gobernador; sin embargo, la figura no es nueva, existió hace poco más de 100 años. En ese entonces, el gobernador residía en el Palacio y según el Reglamento para el Gobierno Interior del Palacio Nacional, del 16 de junio de 1853, su administración “debía comprender los ramos de seguridad, conservación, policía y ornato”.

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Como Monumento Histórico, Palacio Nacional requiere de trabajos especiales de restauración y conservación, que actualmente realiza la Dirección General de Conservaduría de Palacio Nacional (DGCPN), que depende de Hacienda. Ahora esa Dirección será coordinada por el gobernador. Sin embargo, el regreso de esa figura es cuestionada por el historiador Efraín Castro Morales, especialista en historia de Palacio Nacional.

“El Palacio cambiaba de un gobernador a otro, de acuerdo con lo que cada administración pensaba. El regreso de la figura del gobernador es volver a algo que ya estaba, a una cuestión administrativa, más burocracia que siempre ha existido”, dijo.

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De acuerdo con el anteproyecto que ya se encuentra en la Conamer, los recursos económicos que se requieran para consumar el acuerdo se cubrirán con cargo al presupuesto autorizado a la Secretaría de Hacienda.

“De lo que hasta ahora conocemos sobre las funciones y atribuciones que tendrá el gobernador está en el marco de la legalidad. Lo que se puede cuestionar es que en plena austeridad, cuando se está mendigando recursos para las instituciones culturales, creen un nuevo cargo”, dice Bolfy Cottom. El especialista en legislación cultural agrega que la creación de un nuevo cargo no es congruente con el discurso de austeridad: “En estos tiempos se ha corrido a gente y tampoco me explico cómo una subsecretaria de Cultura se quedó sin titular, mientras que por otra parte se crea un cargo. ¿No que no hay dinero? Me parece inmoral, no hay ética”.

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