El abanico de cuatro siglos de música se abre con la programación del 26 Festival Internacional de Piano en Blanco y Negro y sus nueve recitales que ofrece, hasta el 1 de octubre, en el Centro Nacional de las Artes (Cenart).
En un programa tan condensado, el diálogo a través de cuatrocientos años se establece de manera automática, explica el coordinador del festival, Juan Arturo Brennan. En la selección no hay una actitud intencional y, quizá, lo único deliberado es la propuesta que se les hace a los pianistas para ofrecer programas enmarcados en la genealogía de cuatro siglos de música para teclado.
"Dentro de esta línea, cada pianista tuvo libertad absoluta en cuanto a su repertorio, la distribución de la música, el orden en el que se presenta a los compositores del programa; lo cual, por cierto, es bastante importante en lo que llamamos dramaturgia musical porque garantiza la unidad de propósito en la exploración musical de esos cuatro siglos", detalla Brennan.
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El festival se desarrolla en cinco fines de semana, que se habrían convertido en seis de no ser porque, el 16 de septiembre, los festejos estarán dedicados a las fiestas patrias. Vale la pena señalar que la pianista estadounidense, Claire Huangci, ganadora del Concurso Geza Anda 2018, no pudo presentarse debido a un accidente. Para sustituirla, el mexicano Fernando García Torres inauguró el festival, aceptando de último momento.
Otros pianistas nacionales que participan son Leticia Gómez-Tagle, Bárbara Prado, Mauricio Náder y Alejandro Corona, mientras que entres los intérpretes extranjeros están Karin Lechner, de Argentina; Martina Filjak, Croacia: Leon McCawley, Gran Bretaña, y el español Josu De Solaun.
Por lógica, abunda Brennan, el plato fuerte son los invitados extranjeros, "pianistas que no conocemos aquí. Los invitados nacionales tocan en nuestro ámbito, hacen música de cámara, participan en conciertos orquestales. Tenemos acceso a ellos; en el caso de los pianistas extranjeros, algunos han venido a México en otros ámbitos, no necesariamente los del festival, pero, al final, son desconocidos e invitarlos permite que el público entre en contacto con temperamentos musicales de distintas naciones y culturas, enriquece su percepción sobre los estilos al tocar el piano".
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Justo uno de los grandes retos para la organización ha sido enfrentarse al universo del piano, que, en palabras del director, es el instrumento de la cultura occidental. "La lista hipotética de pianistas no tiene fin. El abanico posible de pianistas que son muy buenos es grandísimo. El problema se encuentra justo en elegirlos. Por supuesto, es importante decir que tenemos un esquema financiero particular y, a veces, hay cierta limitación que nos impide traer pianistas que están más allá de nuestros medios".
Una de las particularidades del festival son las charlas formativas, impartidas por los pianistas participantes. Se realizan desde hace mucho tiempo y, en ellas, se les solicita a los artistas que elijan el formato que quieren ampliar; son, en otras palabras, clases magistrales libres alrededor del oficio y el ejercicio creativo.
El festival empezó el 2 de septiembre. Los recitales se realizan los sábados, a las 19:00 horas, y los domingos, a las 13:30 horas. La entrada cuesta $150 pesos y la mayoría de los conciertos se transmiten en la plataforma: interfaz.cenart.gob.mx.