El uso de programas de televisión con fines propagandísticos y para resaltar ideales afines al gobierno actual, una reducción considerable en el presupuesto para operar y la falta de una programación de calidad que ofrezca a las audiencias aportaciones relevantes en materia de cultura es la realidad de Canal 22, que el 1 noviembre pasado tuvo cambios en su dirección general, cuando Armando Casas Pérez dejó el cargo, que ahora ocupa Pavel Granados, quien fuera director de la Fonoteca Nacional hasta ese día.

Canal 22 hizo su primera transmisión el 23 de junio de 1993 con el programa Tratos y retratos, que contó en aquella ocasión con la periodista Silvia Lemus y el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, pero hoy, a 29 años de distancia, aquella la independencia editorial de contenidos y la calidad de programación cultural de la televisora se ven comprometidos, afirman expertos a EL UNIVERSAL.

El nuevo director del canal, Pavel Granados, comenzó su carrera en la administración federal al tomar el cargo de director general de la Fonoteca Nacional en 2018, pero durante su gestión la institución dio de qué hablar debido a impagos a trabajadores de Capítulo 3000, a la caída de una barda perimetral por falta de mantenimiento en las instalaciones y por no continuar con las tareas de preservación de material histórico.

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Ahora, Granados llega a Canal 22 en uno de los años con menor presupuesto, según datos del Presupuesto de Egresos de la Federación. Para 2023 tendrá 141.7 millones, cifra mayor que en 2022, pero el aumento no se verá reflejado por la inflación del 8%.

El canal tuvo su mejor año en 2019, cuando le asignaron 222.4 millones de pesos; en 2020 contó con 155.7 millones; fue en 2021 que los recursos asignados vieron su número más bajo, con solo 130.1 millones; en 2022 contó con 135.5 millones de pesos.

Ante este panorama, EL UNIVERSAL solicitó a Canal 22 una entrevista con Granados para conocer el proyecto cultural y editorial con el que llega, pero no hubo respuesta. Con motivo del cambio de dirección, cinco especialistas hacen un análisis de la situación de Canal 22.

Sobre la programación, el periodista y exdirector de esa televisora, Ernesto Velázquez, señala que, desde su nacimiento, el canal tuvo como objetivo difundir diferentes posturas en el ámbito cultural nacional e internacional, y que en sus primeros años no había programas dedicados a emitir opiniones políticas.

Agrega que en la actual administración federal se han integrado programas que se dedican a promover las ideologías del gobierno y a reforzar los ideales de sus funcionarios. “Programas como Me canso ganso y Chamuco TV funcionan como mesas de debate en donde se habla de los logros del gobierno y se dan a conocer programas sociales; prendes el televisor y pones el 22 y lo que observas es una entrevista de Jenaro Villamil (presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano) a Manuel Barlett (director general de la Comisión Federal de Electricidad) hablando sobre corrupción o justicia, eso dice mucho”, afirma Velázquez.

El especialista señala que, si bien los programas con carácter propagandístico que se transmiten no violan directamente algún artículo de la Constitución, sí transgreden la ética y el rigor que caracterizó al 22 desde su nacimiento. “No violan la ley, pero deforman el sentido de origen de canal cultural, que fue el sentido con el que fue concebido y pensado por gente de izquierda como Carlos Monsiváis y otros intelectuales y periodistas”, agrega.

Raúl Trejo Delarbre, periodista y miembro del grupo de intelectuales y académicos que trabajaron en la concepción del Canal 22 como un espacio cultural durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, evoca cuando el medio contaba con autonomía funcional respecto del gobierno federal y afirma que eso se ha terminado en la actual administración.

Para el también investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM no hay mucha diferencia entre la programación de los últimos tres años y la actual. “Hay difusión de la cultura, pero se le agrega en gran parte programas de poca calidad, donde se sustituye el análisis por críticas, buenas o malas, a los puntos de vista oficiales”.

Además subraya la gravedad de que Canal 22 se haya sumado a la transmisión de la marcha del Presidente del 27 de noviembre, porque es un hecho que sí viola la Constitución. “El artículo décimo transitorio de la Reforma Constitucional en materia de telecomunicaciones, que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 11 de junio de 2013, estipula que los medios públicos que presten servicio deberán contar con independencia editorial, autonomía de gestión, garantía de participación, defensas de sus contenidos y opciones de financiamiento”.

La propaganda contra la cultura

El especialista en el marco jurídico de la radiodifusión y telecomunicaciones y académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Emanuel Neubauer, explica que la finalidad de un medio público como Canal 22 es ofrecer una programación variada para los diferentes estratos sociales, apartándose de líneas editoriales impuestas por el gobierno.

“La finalidad de los medios públicos no tiene que ver con actos partidarios o con los gobiernos en turno, la función y la constitución de un medio público como el 22 se caracteriza, principalmente, por la independencia editorial y por la divulgación de la cultura en este caso en particular; no olvidemos el concepto de independencia editorial, es algo que se encuentra en la discusión actual de los medios públicos”, indica.

Para el especialista, la problemática no deriva de los programas con fines partidarios o las coberturas a determinados sucesos políticos, sino en el tratamiento que se le da a la información. “Hubo un abuso en la utilización de los medios públicos con fines políticos y propagandísticos en la marcha del 27 de noviembre; lamentablemente no hubo un espacio propio del 22 para hacer crítica o cuestionamientos a los hechos, aunque no es erróneo que la hayan transmitido, el balance ideal viene de la crítica en los mismos espacios”, expresa.

Patricia Ortega Ramírez, integrante del Consejo Científico de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, expresa que en los últimos años el Canal 22 logró mantener un poco de su independencia editorial a diferencia de los canales Once y Catorce, pero sí observa una tendencia propagandística en algunos programas como Debate 22 y Por si las moscas.

Considera que lo acontecido en la cobertura de la marcha encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador es una señal de que la independencia editorial del canal puede verse todavía “más comprometida”. “La independencia editorial no sólo se ve en el tratamiento de la información, sino en toda la programación; lo ideal sería que hubiera programas diversos con discusión, confrontación, debates y deliberación, yo no lo veo actualmente en Canal 22”, recalca.

Por su parte, Julio Di-Bella, investigador de medios masivos y exdirector de Canal Once , apunta que el desdibujamiento de la independencia editorial del Canal 22 se debe a las decisiones erróneas del SPR, tal como se vio en la promoción en los medios públicos para asistir a la marcha convocada por el gobierno.

Agrega que programas como Me canso ganso y Por si las moscas constituyen una parte importante de la barra de contenidos del 22, sin embargo, lo alarmante es que sus discursos y reflexiones se construyan desde la parcialidad. “Celebro que existan este tipo de programas disruptivos, claro que debe haberlos, pero no hay autocrítica en ellos; si esos programas fueran equitativos en opiniones y contenidos, seguramente atraerían a más audiencia, lástima que no sea así”.

Para Di-Bella, las audiencias han sido puestas de lado por el gobierno actual. “Lo primero que tiene que hacer un medio público es respetar a sus audiencias; entender que frente a la tele o radio hay un ser pensante que merece respeto; parece que se insulta la inteligencia del televidente al darle programas sesgados, lo único que denota es la falta de pluralidad e inclusión. Celebro que se hagan programas disruptivos, pero deben estar basados en la equidad”, apunta.

Apuestan por el cine iberoamericano

El 28 de noviembre pasado, la titular de Cultura federal, Alejandra Frausto , anunció el lanzamiento del canal MX Nuestro Cine en la señal del 22.2 . El canal dedicado al cine mexicano , de acuerdo con la funcionaria, “se enriquecerá poco a poco con la adquisición y el intercambio de materiales audiovisuales, series y películas mexicanas con instituciones públicas, organizaciones sociales y particulares”.

Para especialistas como Trejo Delarbre y Di-Bella, la conformación de un canal dedicado al cine mexicano es algo por lo que se luchó desde hace tiempo, sin embargo, ante los escasos recursos económicos con los que se da financiamiento al Canal 22 , la integración de esta señal a la televisión pública parece ser una solución rápida a la falta de apoyos en el cine.

“Por muchos años las barras de cine del 22 fueron muy ricas en sus contenidos, no tiene sentido hacer una señal alterna dedicada al cine si el canal principal no tiene ciclos de cine fuertes y llamativos, la realidad es que los recursos no van a alcanzar, la solución es fortalecer lo que ya está hecho”, expresa Di-Bella.

Por su part e, Velázquez Briseño concluye: “Para tener cine mexicano hay que pagar derechos, hay que pagarles a realizadores para que hagan contenidos, se debe impulsar el cine mexicano de calidad, de lo contrario no va a trascender y se quedará solamente en los discursos y en momentos. Todos deseamos que tengan éxito, la administración del 22 debe luchar por recursos, no hay otra vía”.