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cultura@eluniversal.com.mx
En el proceso de exhumación del pintor Salvador Dalí a causa de una demanda de paternidad, un personaje ha tomado una posición central. Se trata del especialista en medicina legal Narcís Bardalet (Girona, 1953).
Bardalet embalsamó a Salvador Dalí a su muerte en 1989 a petición de la Fundación Gala-Dalí, y por eso fue requerido como uno de los expertos que participó en la apertura de su féretro el 21 de julio. De ese momento ha destacado que fue “emocionante” e “histórico”.
Narcís Bardalet, quien declarará como testigo en el juicio que a partir del 18 de septiembre debe aclarar si Pilar Abel es hija del artista, explica a EL UNIVERSAL las claves científicas del caso.
Es muy posible que sí. El cuerpo estaba embalsamado, y eso siempre es un hándicap, pero se extirparon varias piezas anatómicas del cadáver que deberían de contener material genético.
¿Y el ADN bastará para determinar la relación de paternidad entre Dalí y Pilar Abel, o la juez puede reclamar más pruebas?
El ADN es irrefutable: él da o quita la razón. En la medicina moderna se considera que es la prueba más exacta con la que se puede contar, pero todo depende de la juez y de lo que ella considere. Yo soy muy respetuoso con las decisiones judiciales porque he sido forense durante 38 años.
Usted ha afirmado que tuvo en su mano el historial clínico de Dalí y posee indicios científicos de que no hay relación de paternidad.
Yo estoy citado a declarar y allí deberé responder a lo que se me pregunte, pero sobre el historial médico de un paciente no puedo hablar si no me lo pide un juez. Sólo lo desvelaría en ese caso.
Pilar Abel, la mujer que asegura que nació de una relación extramarital entre Dalí y su madre en 1955, también asegura que tiene más pruebas de la filiación.
Me parece muy bien lo que pueda aportar la señora Abel. Yo ni entro ni salgo en ese tema. Sólo digo que esto es un tema 100% científico, y que el ADN es lo más exacto. Esperemos.
¿Volverá a abrirse la tumba de Salvador Dalí?
Me consta que la abogacía del Estado y el defensor de la Fundación Gala-Dalí han pedido que las piezas extraídas sean restituidas y que se arregle el cadáver para que vuelva a quedar completo. Si se aprueba esa petición, la tumba se volverá a abrir.
¿Todas estas exhumaciones e inhumaciones afectan a su conservación, por ejemplo al exponerlo al aire exterior?
No, no influye que quede a la luz. El cadáver está momificado y será una momia durante siglos. Como todas las momias, tiene ese color marrón oscuro, negruzco, y es dura. Es como las que se pueden ver en las catacumbas o en Egipto y que se mantienen muchos años después a pesar de cambios en el ambiente.
Usted fue quien dijo que los bigotes de Dalí seguían en la posición de las 10:10 en la que usted mismo los colocó. ¿Cómo lo consiguió?
Él se ponía una sustancia que compraba en Hungría para peinar el bigote, como quien usa laca. Era un producto grasoso, aromático. Cuando lo embalsamamos, además de los útiles habituales, usamos esa gelatina para darle al bigote la forma característica que le imprimía Dalí porque, en el momento de morir, él llevaba ocho días agonizando en el hospital, intubado, y no se había afeitado ni arreglado.
¿Y le molesta que, por culpa de este proceso, se hayan desvelado detalles de la intimidad de Dalí?
Soy muy respetuoso con las decisiones judiciales porque entiendo que detrás hay un trabajo y una reflexión. Si el juez considera oportuno que esta es la mejor forma de resolver la demanda, yo le hago caso al juez.