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La escritora mexicana Fernanda Melchor se convirtió en trending topic por un tuit en el que señala “Si quieren verse generosos, regalen las nalgas, culeros, no mis libros en pdf!”, tras ese mensaje que se acompañó de otro en el que pedía: “Me urge que @hughes_sophie traduzca este jarochismo para beneficio de la audiencia internacional”, la discusión sobre consumir o no literatura en PDFs , el libre acceso y la compra de libros para que los autores obtengan sus regalías, se viralizó.
Todo comenzó ayer cuando un joven ayudante de profesor puso en Twitter un mensaje en el que ofrecía el PDF de “Temporada de huracanes” , la novela de Fernanda Melchor, para quien lo quisiera; pronto algunos chicos lo pidieron; otro escritor Jaime Mesa , intentó sensibilizar al chico acerca de la afectación al trabajo literario de la escritora y que hay otros caminos para leer el libro, pero no fue hasta el tuit enojado de Melchor que arrancó la discusión en la que han participado lectores y varios autores.
Julian Herbert, por ejemplo escribió en la misma red social: “La mayoría de los pdf ni siquiera se lee, las personas los tienen en su compu para farolear y compartir: son el nuevo lomo fake de las bibliotecas digitales. Pero ustedes no están listos para esa conversación.”
Sara Uribe puso dos tuits: “¿Cuál sería la diferencia entre leer un libro en un pdf y en un ejemplar de una biblioteca? ¿A fuerzas lxs lectorxs tienen que comprar nuestros libros? El ejemplar de la biblioteca se pagó y lo van a leer, con suerte, muchos usuarios.” Y “El ejemplar de dónde se escaneó el pdf también alguien lo pagó. O qué ¿entonces prohibimos las bibliotecas porque lxs lectorxs no pagan por leer nuestros libros? Compartir pdfs es crear bibliotecas digitales colectivas. No hay lucro en las bibliotecas, no lo hay en los pdfs”.
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Luigi Amara escribió: “Muchos experimentos (y mi propia experiencia como editor) apuntan hacia algo claro: mientras más circula un libro, por ejemplo en pdf, más termina vendiéndose”; a lo que Fernanda Melchor dijo que estaba enojada y con ese ánimo escribió el tuit que generó la discusión.
Luego agregó en otra respuesta: “Jaja, no lincho a nadie, amiga. ¿Quién no ha leído un libro pirateado cuando no ha podido conseguirlo? Sólo estaba muy enojada anoche con la gente que lucra con mi chamba. Soy una persona, con sentimientos, no un nombre en un catálogo”.
Y pasado un rato, después de decenas de memes, de una discusión a acalorada a favor y en contra, de críticas a la industria editorial, de generarse todo una temporada de huracanes en las redes sociales, Fernanda Melchor, la escritora veracruzana intentó zanjar el tema con un último tuit:
“Bueno, ya basta de chorcha y empecemos a chambear en la nueva novela, que esos PDFs piratas no se van a generar solos.”
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Pero ya la discusión se había armado bien y bonito, y se incrementaron las ofertas de nuevos PDFs, de acervos completos con materiales abiertos y libres, de cuestionamientos a la industria editorial, como lo hizo Tania Tagle, quien escribió: “Oigan, esta discusión no es entre autorxs que quieren vivir de su trabajo y lectorxs que creemos en el derecho al libre acceso a la cultura. Todxs tenemos un enemigo en común que nos precariza y explota por igual: las prácticas corporativistas de la industria editorial”.
Incluso, Impronta Casa Editora , puso un tuit en el que señala: "Por cierto, reproducir una sola copia de un libro entero para fines personales y sin lucro no es delito. Las limitaciones de los derechos patrimoniales en México lo permiten. Fotocópiele o reproduzca en PDF, que es su derecho". Y agregó la citada ley.
José R., no perdió oportunidad de subir un mensaje que revela un momento pasado de la escritora. Escribió: A la Fernanda Melchor del pasado no le molestaba rolar los libros de otros en PDFs ..." y sumó una captura de pantalla de Fernanda Melchor donde dice que le rolaron Cathedral en PDF.
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fjb