La puesta en escena de la obra "Tres versiones de la vida" , de la dramaturga francesa Yasmina Reza , termina su temporada en el Teatro Virginia Fábregas (Velázquez de León 29, San Rafael) el 21 de agosto. La pieza es dirigida por Rina Rajlevsky — quien también fue directora residente de Un dios salvaje, de la propia Reza— y el elenco se conforma por los actores Daniela Luján, Fernando Memije, Mario Alberto Monroy y Ana Kupfer, quienes, en palabras de Rajlevsky, interpretan a dos parejas que atraviesan una situación que se repite de tres formas con distintas variables: otras actitudes y decisiones de los personajes generan resultados diferentes.
La situación que se repite en "Tres versiones de la vida" es el encuentro, una cena, entre dos parejas. Enrique y Sonia (Monroy y Luján) invitan a cenar a Humberto e Inés (Memije y Kupfer). El objetivo de Enrique es abrirse oportunidades, escalar en su campo de trabajo, la astronomía, a través de la recomendación de Humberto, su jefe, para la publicación de un artículo. Sin embargo, Inés y Humberto llegan un día antes de lo acordado, lo cual desencadena la tensión y permite las bifurcaciones exploradas en la obra.
Desde el enfoque emocional se plantean las tres posibilidades, lo contenido que desata las variables de un mismo hecho, señala la directora. “La pregunta es si uno está destinado a ciertas situaciones. La forma en la que alguien se para ante las circunstancias depende del propio viaje y las pequeñas decisiones que se toman inconscientemente”, dice Rajlevsky, quien destaca la inteligencia de Reza como dramaturga, “con un punto de vista específico, una pluma ácida y sentido del humor. En mi juventud vi Arte y luego pude ver Un dios salvaje, piezas con planteamientos muy interesantes”.
Foto: EL UNIVERSAL / Juan Boites
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La pregunta, complementa la actriz Ana Kupfer, es si el futuro puede cambiarse con acciones distintas o si se llega al mismo punto, inevitablemente y a pesar de los esfuerzos para cambiar el destino. Durante la cena, además, la ebriedad revela aspectos particulares de cada personaje. “¿Nuestra verdadera humanidad siempre sale a la luz pase lo que pase? ¿Lo que radica adentro de la gente sobresale a toda costa?”, dice Kupfer.
Para la también actriz de televisión y productora, "Tres versiones de la vida" explora las relaciones humanas y las pretensiones de mantenerse estable cuando el conflicto interior desborda y es difícil de expresar. El drama de su personaje, Inés, es la imagen personal: ella es meticulosa y llega a una casa donde, en realidad, no la están esperando; en el camino se le rasga una media. “Llegar y dar esa apariencia es durísimo para sus parámetros. Además, su relación con Humberto es con pinzas y tiene una violencia sutil de por medio. Todo el tiempo él dice cómo actuar y qué decir”.
La reflexión del espectador, subraya Rajlevsky, depende de las circunstancias que éste atraviese en su propia vida. “El sentido del humor de la pluma de Yasmina es agudo y permite que el público se ría de él mismo”, dice.
“Es un recordatorio de que todo tiene más de una posibilidad. No hay una verdad absoluta en este escenario donde las parejas pretenden, aunque no sea así, que se simpatizan sólo porque se necesitan por una cuestión de ego y publicar a toda costa. ¿Has dónde uno está dispuesto a ceder en la propia cadena de valores por alcanzar un objetivo? El éxito, al final, es efímero y subjetivo. Ejes que son explorados a través de las virtuosas interpretaciones del elenco. Cuatro actores con una química increíble, que construyeron algo tenso, ligero y divertido a la vez en la forma en que hilvanaron sus papeles. Todos hemos sido estos personajes en algún momento de nuestra vida”, concluye la directora.
En cada una de las tres versiones hay un “juego escénico”, ligeros ajustes en una misma habitación hechos con el trabajo de iluminación a cargo de Félix Arroyo. Un personaje más, el hijo de Enrique y Sonia, es representado sólo con audio, diseño sonoro hecho por Carlos Metta.
La obra puede verse el viernes, a las 20:30 horas; sábado a las 18:00 y 20:00 horas, y el domingo a las 17:30 y 19:30 horas. La entrada cuesta $500 pesos.
Foto: EL UNIVERSAL / Juan Boites
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