Por sí mismo, un paseo en el de la equivale a una clase de historia. La arquitectura de la zona tiene el sello de varias épocas y, en sus calles, lo prehispánico, el virreinato y la modernidad se encuentran y dialogan. Si los lugares tuvieran voz, si pudieran relatar los hechos que han testificado, el viaje a pie sería asombroso.

El Centro, además, es el lugar donde por primera vez vieron la luz ciertos objetos o tendencias; saber esto puede cambiar la forma de ver un paisaje de sobra conocido por los transeúntes.

El cine llega a México. El 6 de agosto de 1896 por primera vez se proyectaron películas en la Ciudad de México. El lugar donde sucedió fue el Castillo de Chapultepec ; el público, el entonces presidente Porfirio Díaz , en compañía de sus familiares, amigos y los principales funcionarios de la época; el material que se vio fueron las filmaciones de los hermanos Lumière. Son conocidas las historias del impacto que el cine tuvo en las primeras personas que lo vieron: “La llegada de un tren a la estación de La Ciotat” espantó a los espectadores, quienes se escondían porque creían que el tren saldría de la pantalla. En esa primera proyección en México, la fascinación fue tal que la sesión se extendió por varias horas.

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Ese mismo año, ocho días después, el gran inventó fue presentado al público general en la calle de Madero, donde antaño se ubicó la Droguería Madero . Esta función sería el germen de la primera sala de cine, el Salón Rojo que abrió sus puertas en 1906.

Aunque también es cierto que el primer inmueble que fue construido con la intención explícita de albergar un cine / teatro estuvo en las calles de San Juan de Letrán y 16 de septiembre; fue inaugurado el 10 de diciembre de 1921 con el nombre de Cine Olimpia. En 1919, una leyenda de la ópera, Enrique Caruso, puso la primera piedra de la construcción.

Primeras escaleras eléctricas. Aunque es popular, como dato curioso, la idea de que aquellos que quieran saber dónde estuvieron las primeras escaleras eléctricas de México sólo tienen que dirigirse a 20 de noviembre y Venustiano Carranza, esquina donde se instaló el primer local de una de las franquicias de tiendas departamentales más famosas de México, hay fuentes con un registro diferente.

Se dice que fue en 1936 cuando, como parte de dicha tienda departamental, se instalaron las primeras escaleras eléctricas del país (eran estrechísimas, por cierto). Sin embargo, el periodista Alfonso de Icaza registró que las primeras escaleras de este tipo estuvieron, años atrás, en la ya citada sala de cine de El Salón Rojo.

La máquina de Gutenberg . En Lic. Primo de Verdad 10 y Moneda, donde se encuentra la Casa de la primera imprenta en América , puede verse la primera maquinaria para imprimir libros no sólo de México, sino del continente. Vale la pena recordar que el inventor de la imprenta, Johannes Gutenberg, hizo su propia Biblia, una Vulgata, en tipos móviles. Algo simbólico si se piensa en la importancia que el libro tuvo para la empresa de evangelización que se llevó a cabo en la Nueva España. Sin una imprenta, enseñar el Evangelio habría sido una tarea más ardua y el primero en notarlo e impulsar la llegada del libro a México fue Fray Juan Zumárraga.

La maquinaria se terminó de construir en 1539 en el local, si es que se le podía llamar así en aquel tiempo, del impresor Juan Cromberger.

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