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Tijuana. —El Centro Cultural Tijuana (CECUT), el principal recinto de cultura en el noroeste de México, apuesta por el uso de las plataformas digitales para sobrevivir y mantener la comunicación con su audiencia en medio de la pandemia por el Covid-19 que, desde que llegó a esta ciudad en marzo, ha arrebatado la vida a 572 personas.
La normalidad de la ciudad cambió y la vida cultural no es la excepción.
En un día normal, el reloj no marca ni el mediodía, pero en la explanada del CECUT, que es la principal casa de cultura de toda la región, no hay nadie que camine por sus pasillos, ni siquiera alguna sombra que se refleje en la patio externo o alrededor de su maravillosa infraestructura representada por una bola.
Afuera, sólo un guardia se pasea como si fuera dueño del edificio. No hay nadie más, ni las filas de alumnos de primaria o secundaria que regularmente le daban vida al edificio. El museo de las Californias, la pantalla IMAX, el teatro o la sala Carlos Monsiváis están dormidas desde que fue declarada la pandemia y comenzaron las restricciones en sitios públicos para evitar la propagación del virus.
Un golpe más, el más reciente, la suspensión definitiva de la que sería la 38 Feria del Libro en Tijuana, celebrada tradicionalmente en el CECUT y que estaba programada para realizarse del 12 al 21 de junio tanto en la explanada como en distintos espacios del edificio, bajo el lema: “10 años sin Monsiváis”.
Conexión imperdible
Pero aun bajo las restricciones hay planes y estrategias, explica la directora del recinto cultural, Vianka R. Santana, y detalla que será el uso de otras plataformas el nuevo canal de comunicación que permita la conexión entre los artistas y los ciudadanos.
“Sabemos que las cosas no serán como antes, pero eso puede constituir una oportunidad para que juntos reinventemos las reglas de colaboración, para imaginar nuevos códigos y llegar a mejores acuerdos, que permiten que las instituciones abran sus armarios y dejen entrar a los creadores para hacer uso de lo que por derecho les pertenece, y retomar la memoria para crear otros y mejores imaginarios”, dice la también artista.
Con los lemas “QuédateEnCasa” y “ContigoEnLaDistancia”, el centro cultural implementó una serie de actividades artísticas, como la transmisión del trabajo escénico de la bailarina y coreógrafa Azalea López Sumergirse, tan profundo, o la transmisión de talleres de actuación a través de la página oficial de la institución o películas que se cobijan bajo la postura de la “Cultura desde la Casa”, una frase de la institución que invita a que desde el otro lado del monitor cualquiera acceda a la oferta cultural que ofrece el CECUT durante un encierro.
Polémica
Pero lo que no ha frenado la pandemia es la controversia que rodea a la fundación Entijuanarte. Apenas la semana pasada escapaba de un escándalo luego de publicar en su página oficial una serie de imágenes clasistas en las que parafraseaba la idea de “el pobre es pobre porque quiere”, además de asegurar que gracias a los “Fifís” la clase trabajadora era mantenida con becas, cuando ahora está de nuevo bajo los reflectores.
El Ayuntamiento de Tijuana desalojó el inmueble que era la sede de la fundación Entijuanarte “sin previo aviso”, acusó la directora, Cecilia Ochoa, quien además lamentó que el municipio se hubiera apropiado de algunas de las obras que estaban dentro del lugar.
Hasta el cierre de esta edición el municipio no emitió ningún comunicado al respecto ni respondió a la petición de información de este medio.