Alrededor de 300 artistas que forman parte del grupo Resistencia Artística Nacional (RAN) se manifestaron ayer para exigir apoyo al sector cultural y artístico debido a que, dijeron, a casi cinco meses del cierre de espacios culturales, enfrentan crisis económicas y pérdidas de empleo.
Actores, músicos, bailarines, zanqueros, acróbatas, técnicos, acomodadores, taquilleros, iluminadores, operadores de audio, equipos de producción, artistas urbanos, directores, dramaturgos y maquillistas caminaron de Eje Central al Zócalo para pedir la reapertura de teatros, tarjeta de Bienestar sin restricción de edad, género o condición; partida especial para el rescate de trabajadores de arte y cultura y participación en los programas de apoyo dedicados al gremio artístico.
El director de teatro Luis Gómez Yunta indicó en entrevista que la RAN nació hace dos meses y congrega, hasta el momento, a artistas de Ciudad de México, Sinaloa, Jalisco, Yucatán, Querétaro, Estado de México y Quintana Roo, que, en suma, representa a alrededor de mil 500 artistas y teatreros.
Tras la manifestación, representantes de la RAN sostuvieron una reunión con el subsecretario de Gobierno de la Ciudad de México, Arturo Medina, así como con representantes de la Secretaría de Cultura y la Secretaría del Trabajo locales.
“Se nos invitó a formar parte de un padrón de apoyo de 3 mil pesos para las cerca de 300 personas que hoy participamos en la reunión, se entregará en dos exhibiciones. Además tendremos una reunión con la Secretaría de Bienestar para dialogar sobre la Tarjeta de Bienestar y mañana tendremos una mesa técnica con Cultura y Salud para los lineamientos de reapertura de espacios escénicos”, señaló Luis Gómez.
Adicionalmente, el director de teatro refirió que existe la promesa de vincular a la RAN con autoridades de las 16 alcaldías de la capital para comenzar a resolver formas de trabajo.
Respecto a la reapertura de espacios, el director de teatro explicó que abrir con aforo reducido no será suficiente para propiciar la reactivación cultural, por lo que proponen que las instituciones culturales de todo el país contraten a los artistas para ofrecer funciones a puerta cerrada, las cuales se transmitirían en línea, mientras se activa el color amarillo o verde. “Se necesita pensar en alternativas más grandes y profundas para que podamos continuar”, indicó Gómez.