En conferencia de prensa sobre el hace unos días, haciendo gala de su florido lenguaje, el camarada dijo: “Estamos trabajando con números negros y, si la pregunta es cuál es la situación, pues nos va a toda madre.” Veamos. El FCE opera con déficit desde tiempos inmemoriales. En 2019, antes de la epidemia, el FCE reportó, para los primeros nueve meses del año, gastos por 291 millones de pesos. El subsidio gubernamental fue de 178 millones en el mismo lapso. Es decir, aún en los “buenos tiempos”, de cada peso que el FCE gasta se recupera sólo 39%, vendiendo libros y servicios. Todas las sucursales del FCE en el extranjero son deficitarias. Por eso se puede pensar así: de cada libro que el Fondo vende, más de la mitad de las páginas vienen pagadas por el gobierno. El mismo Taibo II proporcionó cifras de lo que va “a toda madre”: en 2019 se vendieron 274 millones de pesos en libros. Hasta el 13 de diciembre de 2022 se habían vendido 222 millones de pesos en libros, o sea el 81% de lo que se vendió en 2019. Y de sus “números negros” reconoció que el déficit presupuestario en 2023 será de 177 millones de pesos. O sea, el FCE sigue tan quebrado como siempre. Una cuarta parte de las librerías de la red FCE-Educal sigue siendo deficitaria, o sea que ni siquiera pueden vender los libros para pagar la renta y los salarios del personal. Está clarísimo: el FCE “va a toda madre”.

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“Libros sí, dinero no”: la ley férrea de Taibo II

En el mismo informe del FCE, Taibo II además mostró su “ligera” molestia por el déficit presupuestario de 177 millones de pesos, tanto que concluyó con un “sin comentarios”, pero el funcionario también puso énfasis en otro tema. Dijo que la promoción a la lectura es y deberá seguir siendo voluntaria y gratuita, pues “Si tú le metes dinero a una estructura voluntarial la perviertes y corrompes, y empiezas a motivar que la razón fundamental para que alguien sostenga una sala de lectura es porque gana una lana”. Así que dinero “para nada”, señaló. O sea, “Libros sí y capacitación, pero no dinero”. Esa es su “ley férrea” con los 11 mil 160 coordinadores de salas de lectura que es parte de la 4T. Claro, esa política del FCE lleva a la pregunta ¿y entonces los miles de millones de pesos en programas sociales con los que la 4T mantiene cautivos a sus estructuras y electores? Escribanos a columnacrimenycastigo@gmail.com

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